10 dic 2022

Resumen de lecturas 2022


Mi necesario resumen de lectura. Quizás ya lo haya dicho: lo hago porque mi memoria no es tan buena, así que estas breves palabras me ayudan a rememorar ese tránsito lector. Lo más importante en este año 2022 desde el mundo literario fue la gran noticia del Premio Cervantes, más que merecido, para nuestro poeta Rafael Cadenas. Si fuera como en las Olimpiadas, obviamente sería él quien llevara con orgullo nuestra bandera e imagino la ingente cantidad de buenos poetas venezolanos caminando sobre el tartán, yendo detrás de él en este juego ficticio. 

Por otra parte, y ya pasando a las ligas menores, mi relato “Kopün” quedó dentro de los cien mejores en la 3era. Edición del Concurso Araucanía en 100 palabras. Esto fue en 2021 pero fue a mediados de 2022 que me enteré y que salió la publicación con obvio retraso; publiqué mi novela Café, y líbranos de todo mal; tuve la suerte de que una pequeña selección de varios poemas de mi autoría fueran incluídos en la Revista Hostosiana, N.Y. (mi agradecimiento a Keyla Vall de la Ville por su generosidad) y después de más de diez años dándole vueltas en mi cabeza a la idea, terminé de escribir mi cuarta novela (la segunda inédita). Por lo pronto, me encuentro en ese punto de descanso escritural en donde ya me alejé del texto, marcando la distancia necesaria para luego retomarlo y comenzar a pulirlo, a podarlo, a cortarle las impertinentes costuras que puedan picotear en el ojo lector. En fin, uno va haciendo su trabajo desde el silencio, que es donde le corresponde al escritor construir los mundos posibles.

En definitiva fue el año que menos libros leí. No obstante, me siento satisfecho porque por mis ojos de lector hallé nuevas joyas desde las voces femeninas de Margaret Atwood, Maggie O’ Farrell e Irene Vallejos, amén de reencontrarme con la prosa excelsa del maestro José Balza, de quien quisiera leer el próximo año la reedición de su novela Percusión bajo el sello español Cátedra. 

Felices lecturas para todos en el próximo año.

Namasté.


  1. Un hombre enamorado. Karl Ove Knausgard

  2. Hamnet. Maggie O’ Farrell

  3. Suave es vivir solo. Fernando Pessoa

  4. Paul McCartney. La biografía. Philip Norman

  5. El mar a cinco cuadras. Arnoldo Rosas

  6. El cuento de la criada. Margaret Atwood

  7. Los testamentos. Margaret Atwood

  8. El infinito en un junco. Irene Vallejos

  9. Réquiem y otros escritos. Anna Ajmátova (relectura)

  10. Descarrilada. Gabriela Rosas.

  11. Un año y tres meses. Luis García Montero

  12.  Todos deberíamos ser feministas. Chimamanda Ngozi

  13.  La enfermedad de escribir. Charles Bukowski

  14.  Escribir en la oscuridad. David Grossman

  15.  Medianoche en video ⅕. José Balza

  16.  Rasgos comunes. Juan Sánchez Peláez (relectura)

  17.  Por cuál causa o nostalgia.  Juan Sánchez Peláez (relectura)

  18.  Elena y los elementos.  Juan Sánchez Peláez (relectura)

  19. Trilce. César Vallejo (relectura)

  20.  Aniquilación. Michel Houellebecq (lectura en proceso)

10 may 2022

Café, y líbranos de todo mal


Existe un espacio donde el hombre acude a honrar la vida, un lugar donde cada quien tiene su  momento. Me refiero al establecimiento denominado Café: templo de la bebida socializadora por excelencia. El reino de un poderoso estimulante. En la barra, o en la mesa, su ingesta inicia el rito de la memoria. En cada sorbo, la evocación. A través de su aroma, el presente se mezcla con el pasado, como si de atrapar a un fugitivo se tratase. 

Alguien se sienta a tomar un café. Comienza el viaje. 

Primer sorbo: la realidad [esa extraña y frágil percepción] se confunde con lo onírico. Un anónimo personaje se sienta en un café y comienza a levitar entre varias dimensiones de su vida, reposando en distintas estaciones: la infancia, la familia, los amores, las pérdidas y los anhelos. Todas ellas [des]formaciones enmarcadas. ¿Se trata del ahora, o la figura que ahí reposa no es más que una sombra? 

Segundo sorbo: Qué son los recuerdos, ¿la reinvención de la vida?, ¿la extrañeza del “yo” que nos habita?, ¿la negación del relato que nos define?

Tercer sorbo: Piezas sueltas. Creemos ser algo completo, sólido y compacto: un todo. Nada más alejado de la verdad: somos fragmentos. Muchos de ellos se desvanecen y son reemplazados por el complejo mecanismo del imaginario que maniobra para suplantar el vacío, esa ausencia que deja el olvido. La memoria es una trampa.     

Cuarto sorbo: La inmortalidad es el presente, un primer borrador interminable, que paciente, recibe hasta la última corrección. El aquí y ahora, simboliza la insignia que alzamos para desafiar al a veces insoportable peso del tiempo. En la memoria, en ese vasto imaginario, somos un fantasma que gravita. Fracciones, estamos hechos de fracciones. 

Quinto sorbo: A cierta edad es la incertidumbre, y no la esperanza,  lo que define el transcurrir de los días. La sustracción del futuro. Ya no se trata del dulce porvenir, sino de un amargo desvanecimiento.

En Café, y líbranos de todo mal Jason Maldonado se vale del papel vinculante de esta bebida para compartir el acto reflexivo que nos invita a cuestionar la épica que cada cual escribe de sí al rememorar su propia vida.  Aunque la realidad se imponga, somos el resultado de la ficción, de una deformación voluntaria que busca apaciguar el tormento que puede infligir el olvido. 


                                                                                        Jonathan Bustamante