Una de las principales joyas pictóricas del MACC (Museo de Arte Contemporáneo de Caracas), antes MACCSI (Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber), fue robada: la Odalisca con pantalón rojo de Henri Matisse. No se sabe quién lo hizo, no se sabe cómo, y lo más desconcertante, es que no se sabe con exactitud cuándo sucedió.
El escándalo estalló a finales del 2002 en pleno paro cívico-petrolero, hecho que sin duda contribuyó a que el robo pasara en cierto modo por debajo de la mesa: para la mayoría de los venezolanos era más importante llenar el tanque de gasolina tras largas horas de espera -entre otras cosas de mayor prioridad- que conocer el destino del famoso cuadro.
El rapto de la odalisca de la periodista Marianela Balbi, deja al descubierto que los tentáculos corruptos y mafiosos llegan hasta el arte, hasta el museo emblema de una ciudad. Lo planteo de esta manera porque, sin duda alguna, fue necesaria la complicidad de muchas personas para que la obra de Matisse saliera del sagrado recinto sin levantar sospechas, hasta el punto de que la misma, pasara la noche recostada a la puerta de un apartamento en Miami. Es sorprendente ver, además, según el propio relato de Balbi, la parcimonia con que las autoridades competentes reaccionaron ante semejante delito.
“Venezuela inauguró su capítulo de robos espectaculares de obras de arte con la desaparición de la Odalisca con pantalón rojo de Matisse que, al convertirse en más que un delito contra la propiedad, permitió que la INTERPOL interviniera y propagara su ficha como obra robada en más de 183 países”.
Otro grato elemento que destaca en este acucioso reporte periodístico, en donde están presentes dealers de abolengo, verdaderos y reconocidos conocedores de arte, y otros que destacan por su truculencia de alcantarilla, es el tono detectivesco –sin dejar de lado el periodístico– con el cual Balbi aborda su estudio. Con un poco de imaginación y añadiendo a un personaje tipo Robert Landon, El rapto de la odalisca, pasa perfectamente como guión cinematográfico.
Este libro amplía las inquietudes que cualquier ciudadano pudiera tener sobre las competencias de las instituciones estatales, sean del ámbito que sea. Si bien es cierto que El rapto de la odalisca parte de un elemento romántico y sublime del arte, desde el hurto de una pintura que es patrimonio de una sociedad, es justo desde ese acto delictivo, transfigurado ya en ultraje y ofensa, lo que hace pisar tierra al lector en cuanto a la realidad que lo rodea y a hacer su propia reflexión sobre la ciudad en que vive y sus gobernantes.
En mayo conversaremos con Marianela Balbi acerca de su trabajo en Librería Sónica.
4 comentarios:
Gracias por esta información. Y por la recomendación.
Interesante este artículo, muy bien redactado.
He disfrutado mucho leyendo esta reseña. ¡No me acordaba del robo de un cuadro de mi pintor favorito!
guaaa!! me encanta el blog, por que siempre encuentro temas muy interesantes
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