23 mar 2012

El arte de ser humano (en la empresa)

Muchas personas tienen un concepto frío sobre las empresas, que raya en lo banal, tal como si allí, en sus adentros, trabajaran sólo máquinas y no seres humanos. En mi caso particular y por la experiencia que he tenido en varias empresas desde el área de Publicidad y Mercadeo, puedo afirmar que no es así. No obstante, no dejo de reconocer que hay momentos en donde puede llegar a sentirse una suerte de vacío en cuanto a motivación, renovación y emprendimiento.

Desde esta perspectiva, Raúl Baltar, quien actualmente es presidente del Banco Exterior, institución financiera que ocupa el quinto lugar dentro de la banca privada del país, publica su primer libro El arte de ser humano (en la empresa), en donde reflexiona sobre lo antes mencionado y muchas cosas más desde esa perspectiva, que a priori, cualquiera pudiera imaginar que falta en las empresas: el calor humano.

Parte de la grata lectura que ofrece el texto, obedece a que Baltar toma como referencia diversos elementos para contrastar y establecer analogías con el aparente y frío mundo empresarial. Así nos encontramos con curiosas y acertadas comparaciones entre la gerencia y sus acciones, que funge como el timón de una empresa, con figuras como Michael Jordan o Phil Jackson; pasando por Darwin, Da Vinci, y un sinnúmero importante de figuras destacadas en todo el orbe.

El arte de ser humano (en la empresa), lleva un tono reflexivo, producto de la experiencia de Baltar en el ambiente bancario, pero que es perfectamente extendible a cualquier empresa de otro ramo que quiera sacudir sus bases para mejorar sus perspectivas de crecimiento, y sobre todo, de mayor y mejor entendimiento con todo el personal y su desarrollo profesional. Aquí se deja a un lado ese aspecto piramidal que tanto mal le ha hecho a las empresas que centran la toma de decisiones en un solo líder. La apuesta es a la integración de todas las áreas en beneficio propio, como ser humano, ya que el empresarial estaría implícito en dicho logro.

Por otra parte, da gusto conseguirse con altos empresarios evidenciar a través del texto, sus gustos literarios y Baltar no es la excepción. Shakespeare, Sábato, Borges, Gay Talese, Huxley, Murakami, entre otros, también están presentes en esos paralelismos de los cuales ya les comenté. Lo más importante de todo esto, y estoy seguro que es el objetivo principal del autor, es aplicar esas reflexiones dentro de la empresa, llevarlas a la práctica por más duro que pueda parecer al principio. Él mismo señala que “es fundamental dar cabida a la creatividad, a la iniciativa y a una cierta improvisación basada en la búsqueda de la mejora continua”.

Cuando en las organizaciones el grupo gerencial se entrega a los procesos de reingeniería, cursos, seminarios, entre otras variopintas modalidades de formación, el impulso y las ganas son enormes al principio, pero luego se va perdiendo en el camino por diversos factores que van desde lo administrativo hasta lo emocional. Es importante mantener el ritmo, “la iniciativa” a la cual se refiere el autor, para alcanzar los objetivos más sencillos y luego emprender camino hacia los más complejos. Tal como dice Stephen Covey “entender algo y no aplicarlo es tanto como no entenderlo. Sólo en el hacer, en la puesta en práctica, se interiorizan el saber y el entendimiento”.

El arte de ser humano (en la empresa), una lectura necesaria que llama a la reflexión y motiva.

1 comentario:

Icíar dijo...

Seguro que es un libro enriquecedor, en esa línea de lo que debiera ser el trabajo creo que también iba Erich Fromm.
¡Pero qué banqueros que tenéis por allí!