Viajando en buseta, bus, por
puesto, camionetica, guagua y demás calificativos que pueda tener la unidad de
transporte terrestre, expongo las diversas maneras en que los usuarios le
indican al conductor que han llegado a su destino:
1. Déjeme ahí mismito: esto
quiere decir que, más allá de la parada reglamentaria, el usuario le dice al
conductor déjame donde te dé la gana pero no muy lejos. El diminutivo es este
caso aplica como una especie de buen trato y cordialidad. Incluso algunos
conductores optaron por imprimir el costo del pasaje mínimo junto a la referida
frase “de ahí mismito”.
2. Déjame en la esquina: algunos
osados después de hacer su solicitud le añaden “por favor”, en un acto casi de
reflexión en donde se reconoce que no es lugar para pararse, pero qué más da,
Venezuela es Venezuela, en la esquina estoy más cerca de mi destino que si me
dejan en la parada –dirán.
3. Por donde pueda: aquí siempre
me pregunto, por donde pueda qué cosa. Por donde pueda, escupe por la ventana?;
por donde pueda se rasca la nariz o nos aturde más con la música? (con respecto
a la música parece que todos están sindicalizados con el reguetón o el
vallenato). Como el “por donde pueda” le resulta más cómodo al conductor, éste
determina dejar al pasajero donde se le dé la real gana, motivo por el cual el
impaciente usuario termina diciendo “llévame pa’ tu casa” y la transacción del
costo por el pasaje termina a regañadientes.
4. Déjeme aquí: a diferencia del
punto tres, este resulta todo lo contrario. Este destaca por su carácter
impositivo. Es aquí y ahora, en donde se esté, en mitad de la avenida, delante
de los fiscales –que nunca hacen nada o cuando mucho lo que hacen es entorpecer
mucho más el tráfico. Algunos conductores se arriesgan a omitir la petición,
dicho en criollo, a hacerse los locos y a dejarlos en un lugar cerca de la
parada (nunca en ella, claro).
5. Me deja en la puerta de…: esta
solicitud puede variar de acuerdo al lugar y al usuario. Por lo general suele
ser utilizada por personas de la tercera edad o jóvenes flojos que les da
ladilla hasta caminar, razón por la cual piden que lo dejen en la puerta del
edificio tal, o un poco más allá del árbol X.
6. Me deja en el rayado: quién
carajo le dijo a la gente que esas rayas blancas sobre las avenidas son para
descargar pasajeros. No señor, esas tiras blancuzcas, por lo general bastante
gruesas, forman parte del adorno citadino, del complejo arte urbano que tiñe el
asfalto. En otros países suelen ser utilizados para que los peatones crucen las
calles y avenidas.
7. Me deja al pasar o al cruzar:
algunos usuarios con las condiciones físicas para hacerlo, se lanzan a su
destino apenas sienten que la unidad de transporte baja la velocidad y han
cruzado la calle.
8. En la próxima parada: otra
solicitud abierta. ¿La parada que viene, en la esquina, en el edificio...?
Dónde, se preguntará el conductor. Esa cosa con dos palos y un travesaño que
por lo general soporta un par de campañas publicitarias en los laterales de
cualquier producto y que en algunos casos posen un pequeño banco para que los
usuarios tomen asiento cómodamente, conocidas como parada o terminales, aquí
cumplen cuatro funciones menos para la cual fueron hechas: uno, dormitorio de
indigentes (también de meadero); dos, lienzo futurista para los grafiteros que
no pelan una para plasmar sus coloridas y gigantes firmas; tres, diana gigante
en donde van a parar los conductores ebrios después de media noche y cuatro,
paraguas colectivo.
9. Me deja por la parada: es
decir, literalmente el conductor dejaría al usuario en ese lugar imaginario
(porque en Caracas parece serlo) y lo sustituiría, lo canjearía, “por” la
parada, adentrando ese mamotreto inútil dentro del trasporte llevándose por el
medio a quien fuera.
10. Me deja “en” la parada: esta
sería la frase más precisa con la cual los usuarios del transporte público
anunciarían que han llegado al llegadero, pero –siempre hay un pero– la
“parada”, esa especie de entelequia citadina en donde los usuarios de a pie
deberían tomar o bajarse del autobús, está en el imaginario de cada conductor.
Es por ello que deberíamos decirles a los “profesionales del volante” (las
comillas van un breve halo de sarcasmo) déjeme en “su” parada.
Están son las diez maneras
básicas de cómo los venezolanos (al menos los caraqueños) solicitamos que nos
dejen “en” la parada. Un punto no tan simpático que no quiero pasar por alto y
que es común a las diez enumeraciones anteriores, es que cuando algún usuario
se baja en su destino y el transporte apenas lleva veinte metros andando,
siempre –o casi siempre- salta alguien diciendo “ay señor, déjeme por aquí”.
Si usted tiene otra manera de
pedir "la parada", pues dígalo por aquí.
4 comentarios:
Muy divertido lo que escribes. Pero yo si tengo otra forma de pedir "la parada", agrego la número 11. Me deja después del semáforo: esta podría ser como la que describes de la esquina o el rayado, lo que pueda haber después de ese semáforo al usuario no le importa, simplemente allí me quiero quedar, y si hay tráfico no me importa, yo quiero bajarme después del semáforo.
"Nuestra hermosa Caracas"
P.D: Yo siempre pedía así la parada cuando usaba este transporte, ¡Qué horror!
Como siempre me agradan tus Crónicas Citadinas, ciertamente somos bien particulares e ingeniosos para inventar maneras de y lograr nuestros objetivos. En la tierra del Sol Amado solemos hacerlo emitiendo algún ruido (aplausos, golpes al autobús, silbar, y pare de contar), sin embargo es donde decida el conductor hacer la parada a final de cuentas, que para algunos podría ser "en su casa".
Siempre me complace leer tus escombros, besos
En Valencia, en mis años mozos, se pedía la parada aplaudiendo. Es decir, ovacionando al chófer por habernos llevado a destino sin contratiempos aparentes... Ah!! Y cuando muy eventualmente me toca montarme en un transporte público (siempre pregunto antes a cuánto está el pasaje) suelo decir: "El la Parada, por favor" ...
en Argentina tocamos un timbre y el conductor para...la verdad uds por lo menos dialogan con el conductor..saluds
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