tus ojos de palisandro
con su ferviente mirada de astilla
me arropan con rabia volcánica
ignoro tu malestar
porque sin razón alguna
disfruto de tu casquivano corazón
ven
hazme un trozo de carne
en tu deglutir de adjetivo macabro
que mi penumbra
sea el ocio altruista
imaginario de tu vientre
ese pentagrama
de finos vellos
en cuya puerta reza
senza misura
y tu cuerpo
batuta en mano
ya es partitura de ángeles
1 comentario:
Es un breve e interesante fragmento de libido, música y degustación.
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