16 may 2016

Jueves de cruz y ficción

Hablar de un libro siempre es un compromiso, pero más difícil aún es hablar de un libro que en sus adentros y desde el principio, le echa leña, le da palos –y no al fuego precisamente-, a aquellos que como yo van a presentarles un libro y fungen (¿o fingen?) ser padrinos de una obra. Este es el caso particular de Jueves de cruz y ficción”de… pues supongamos que es de Luis Barrera Linares, pero es que hasta eso lo pongo en duda, pues ¿no será el verdadero autor el reconocidísimo Febricio Persa (que tampoco se llama así, por cierto)? El juego comienza desde el título, ya que lo ideal hubiese sido presentarles esta deliciosa obra un día jueves, pero no, como todas las buenas cosas (literarias) a las que nos tiene acostumbrado el autor, llamémosle desde este momento, Luis Febricio Barrepersa, tenía que ser un sábado y cerrar así la semana de una manera agradable, no como el finado Febricio Persa, el verdadero, ¿asesinado o autosuicidado? Usted tendrá que (des)cubrirlo.
Luis Febricio Barrepersa, inicia su obra utilizando unos epígrafes que nos da una pista de lo que se vendrá. Hallamos a un Saramago plagiando a Rafael Bolívar Coronado; quien a su vez es plagiado por Febricio Persa y este, plagiado por Albert Camus. Yo, Amenodoro Cují, por mi parte, estoy plagiando a un tal Jasón Maldonado, que no se sabe a ciencia cierta si es Yeison, Jackson, o si es “Mal” o Biendonado. En todo caso, hoy esta librería se transforma en una suerte de maternidad en donde todos ustedes son las enfermeras, y claro, todos estos libros intitulados “Jueves” una parranda de muchachitos que aspiran ser adoptados por una módica y casi simbólica suma de dinero.
Pero no quiero ponerme literatoso, cosa que pueden endilgar a Jasón-Yeison (verdadero padrino de la obra) que no a este servidor, Amenodoro, razón por la cual puedo citar sin verme afectado, la siguiente parte de la obra: “Se llama padrino o madrina a la persona seleccionada por el autor o autora para ejecutar el dictamen bíblico y ofrecer un discurso ante la concurrencia. Ya con rostro severo, ya con una risita forzada que más bien parece mueca, el público asistente se aglomera frente a quien habla”. Y no sigo pues el párrafo termina con una imagen falocéntrica que, estoy seguro que a Jasón-Yeison no le gustaría, bueno aunque a mí tampoco.
Jueves de cruz y de ficción parodia el mundillo de la literatura, de los estudiantes de Letras, de las editoriales, y sobre todo, el de los concursos literarios como también a la famosa egoteca que todo buen (y mal) escritor que se digne de serlo suele tener. Si hoy nos congregamos aquí para darle la bienvenida al referido libro, dicho texto también abre con el bautizo de una obra no menos importante: Partida de yacimiento, cuyo autoría ahora dudo: ¿será de Febricio Persa; de Luis Febricio Barrepersa o de Luis Barrera Linares? Por lo demás, más allá de discernir quién es el autor, la obra camina por sí sola, nos divierte, nos pone a pensar, y sobre todo, a dudar. Que como dijo el huraño Witold Gombrowicz plagiándose a sí mismo: “la literatura poco seria trata de resolver los problemas de la existencia. La literatura seria los plantea; la literatura seria no existe para hacernos la vida más fácil, sino para complicárnosla”.
Es bastante probable que Luis Febricio Barrepersa (ya no sabemos si L.B.L.) esté pensando en este momento: “Pon la mirada en el infinito y escucha con rostro de pensador alemán el discurso de quien hoy apadrina y presenta tu libro. Exhorta a Amenodoro con tu gesto de complacencia”, tal vez, pero lo que sí puedo afirmarles es que en la novela se celebra la vigésima edición del Premio de Novela Rafael Bolívar Coronado y Febricio Persa es el firme candidato a ganar tan importante galardón y por ello precisamente sus “tres mosquiteros” apoyarán con fervor que su maestro, el máster, sea el elegido y lógico ganador.
Jueves de cruz y de ficción, ahorro energético incluido,  alcanza su máximo nivel de intertextualidad (ya me puse literatoso) cuando son los propios personajes de la obra anterior de LBL, Partida de yacimiento, título con el que participa en el prestigioso concurso literario el gran Febricio Persa, quienes escapados de la novela planificarán “el asesinato de su más temible enemigo”, es decir, de su propio creador, la muerte de ese que ha abusado de tan nobles personajes a quienes ridiculizó y utilizó a su antojo para hacer de esta obra, Partida de yacimiento, otro de sus divertimentos.
Pero entonces, ¿quién o quiénes son los asesinos de Febricio Persa? Esto es algo que ustedes deberán descubrir en Jueves de cruz y ficción, una novela de connotados plagiarios y de una venganza por cumplir. Incluso deben estar atentos a que su nombre no cambie a medida que avancen en la lectura o se vean envueltos en tan rudo asesinato literario,  o como le llamaría el sobrino de la tía Eloína, noble mujer a quien extrañamos mucho en esta novela, un “literasinato”, que no es la muerte de una funcional litera sino de un destacado literato. Y como no voy a decir “las dos palabras mágicas finales”, las mismas de siempre que  ustedes de seguro saben cuáles son, terminaré con otras más jocosas  que me endilgo en este juego de heterónimos, tan propio de Pessoa o Montejo, y así el propio Luis Febricio Barrepersa les dirá algunas palabras sacadas de su egoteca por ahora bien administrada: “brindemos por ustedes los buenos lectores, carajo”.