29 dic 2009

Feliz abrazo del hastío


Feliz 2010 hasta el hastío

hasta que duela el bienestar

y la tristeza sea anhelada


feliz 2010 por allá en octubre

por los abrazos de falsa sorpresa

tal vez no tan lejos

digamos en abril

ese mismo que le robaron a Sabina


«feliz año» a voz Pópuli –con equis o zeta-

y todo el mundo mire su reloj de pulsera buscando la fecha


feliz año con dietas

tristezas

y promesas

que se cumplirán hasta la mitad

con recuerdos que matan

con tus errores a cuestas haciendo de las suyas aún

en este año a pañales


feliz año a los amigos y a los enemigos

quizás los tienes y no lo sabes

con café incluido y endulzado con splenda

con kilos de más y con anaqueles vacíos


con hambre


miseria


y corrupción


feliz año

porque somos fuertes como la moneda absurda

fuertes como la esperanza que no muere

feliz año

22 dic 2009

Para no perder el hilo


Finalizando este año 2009 leí Para no perder el hilo, primero por la inquietud que me causa su autora, Krina Ber, arquitecta, políglota y narradora; y segundo, porque tendré el gusto de compartir con ella acerca de su trabajo literario, en la primera grabación del 2010 para el espacio radiofónico Librería Sónica.


El libro está compuesto por más de una docena de textos, incluyendo el cuento “Amor”, el cual resultó ganador del Concurso de Cuentos de El Nacional (2007), del cual no puedo decir menos que es un hermoso y extraordinario cuento que aborda el tema universal homónimo al título, desde una narrativa espléndida teniendo como personaje principal a una mujer exitosa en su matrimonio.



También están los relatos “La vida en colores”, que de una u otra forma me hizo recordar la película “La vida es bella”. Creo que con esta comparación ya lo dije todo: un canto a la vida a pesar de la muerte; “Pequeños encargos”, el cual nos lleva ligeramente de paseo por las calles de la ciudad en un hecho tan trivial como hacer las diligencias del día en medio del caos. Me pregunto: ¿una especie de reflexión de la propia autora después de un día de compras?; en “Liberación animal”, reinan las voces femeninas entre el particular dialogar de las hermanas Berta y Zoila, hasta llegar a un final inesperado en medio de una trama compleja; y en “Carta a Klara Ostfeld”, la autora deja entrever mucho de lo que pudiera ser parte de su historia personal en este extraordinario texto.



Los relatos incluidos en
Para no perder el hilo, tienen la particular característica de que no se parecen entre ellos, lo cual no le resta valor al libro como conjunto, más bien todo lo contrario, están dispuestos de tal manera para que la atención del lector permanezca en guardia a lo largo del mundo ficcional creado por Krina Ber. Como bien dice en “De cuchillos y tenedores”: a veces el hilo reaparece donde menos lo esperamos. La ficción está allí para encaminar rumbos y alternativas, sin ella “nada sería inteligible, ni soportable, y con ella hay orden y música, y con ella aún soy parte de todo”, dice Natasha, Kandela, Carlota, Equis (¿o Krina?)…en “El secuestro”.

17 dic 2009

Pentagrama imaginario de tu vientre

tus ojos de palisandro

con su ferviente mirada de astilla

me arropan con rabia volcánica


ignoro tu malestar

porque sin razón alguna

disfruto de tu casquivano corazón



ven

hazme un trozo de carne

en tu deglutir de adjetivo macabro



que mi penumbra

sea el ocio altruista

imaginario de tu vientre


ese pentagrama

de finos vellos

en cuya puerta reza

senza misura


y tu cuerpo

batuta en mano

ya es partitura de ángeles

15 dic 2009

Los 40 del 2009

Para muchos en tiempos de tecnología el encuentro con el libro resulta retrógrado. Internet (con sus redes sociales y demás), ipods, mp3 (y mp4), smartphones, televisión por cable y un largo número de aparatos, de una u otra forma ciertamente, contribuyen para que el hábito de lectura se vea amenazado por tanto juguetito nuevo (unos excelentes, lo reconozco). Aparecen así los artefactos que ofrecen un acercamiento digital a la palabra, desde los grandes clásicos de la literatura universal, hasta los textos de autoayuda, logrando esa simbiosis entre el acto de lectura y los avances de la tecnología, para que la gente –y esto es mera intuición porque aún no tengo uno de estos e-readers– tenga un pie en el pasado y otro en el futuro a la hora de leer.


Lo de retrógrado o no, es discutible. Basta echar un vistazo en una librería y ver como la gente se lleva los libros por lotes a pesar de su precio. Claro, estarán los compradores impulsivos, los que quieren sencillamente aparentar una vasta cultura a través de la biblioteca personal y leen menos de la mitad de lo que compran; estarán los que compran libros para regalar –más en estas fechas navideñas; y por supuesto los que sí compran para leer con voracidad. ¿Se lee o no se lee? Esa es la cuestión.

Después de estar más de dos años en el aire llevando un programa radial literario, puedo decir que sí se está leyendo. No sé si mucho, no sé si poco, pero sí se lee. Esta grata experiencia me ha hecho ver el panorama literario desde otra perspectiva, conocer gente muy capaz en el ámbito escritural y en el campo editorial, más en un país tan golpeado por las ineficientes políticas cambiaras –por decir lo poco– que sin duda ha afectado a la industria. No obstante, de lo malo lo bueno: esta situación ha hecho que el mercado apueste más al talento local, a los escritores de la casa. Semanalmente hay casi un bautizo de libro por día y parece que el mismo, mantuviera una posición firme frente al boom tecnológico y otras fuentes de distracción (considerando la lectura como una de esas fuentes). Surge así otra pregunta: ¿hay más escritores que lectores? Parece que ahora todo el mundo escribe. Dejo la pregunta abierta para la reflexión. Y, ¿todo el mundo lee?



Lo cierto es que por distracción, pasión, compromiso o simplemente gusto, me propuse leer al menos cuarenta libros al año. Cumplí mi meta entre autores foráneos y propios, algunos muy conocidos y otros en pleno nacimiento literario. No incluyo en esta lista algunos comics, blogs literarios y menos aún la prensa del día y una que otra revista. El tiempo no dio para más, pero haber cumplido el objetivo es más que suficiente. Estos fueron mis cuarenta (y un tilín más), ya veré cuáles libros me esperan para el 2010.


1. La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo de Axel Capriles

2. Mira por dónde de Fernando Savater

3. El doble arte de morir de José Balza

4. La carpa y otros cuentos de Federico Vegas

5. La distorsión de J E Chelín

6. Verbos predadores de Jacqueline Goldberg

7. Close Up de Armando Coll

8. Tren sin retorno de César Gedler

9. Bajo tierra de Gustavo Valle

10. Dioses lejanos de Misha Berlinski

11. El Telémaco de Ángel Suárez

12. La casa de papel de Carlos María Domínguez

13. Cuando bajaron las aguas de Gabriel Payares

14. Una ola tras otra de Eli Bravo

15. Expediciones de Beatriz Alicia Calcaño

16. Imposible de lugar de Claudia Sierich

17. Bisexual de Vivian Stusser

18. Gomorra de Roberto Saviano

19. Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas

20. El país de la canela de William Ospina

21. Siempre Fragmentos de Tadeusz Różewicz

22. Amarrando la paciencia a un árbol de Mharía Vázquez Benarroch

23. Un vampiro en Maracaibo de Norberto José Olivar

24. Mi oído en su corazón de Hanif Kureishi

25. La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón

26. Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson

27. El mundo según Cabrujas compilación de Yoyiana Ahumada

28. Sylvia de Valmore Muñoz Arteaga

29. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de Stieg Larsson

30. El dinero del diablo de Pedro Ángel Palou

31. Breviario Galante de Roberto Echeto

32. Cautiva de Clara Rojas

33. Lugares olvidados de Beatriz Alicia García

34. Estancias de Rafael Castillo Zapata

35. Un amor de Swann de Marcel Proust

36. Un lugar lejano de Fernando Butazzoni

37. La mecánica del corazón de Mathias Malzieu

38. Lecturas desplazadas de Arturo Gutiérrez Plaza

39. La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

40. Cuartel de invierno de Oscar Marcano

41. Antología esencial de Luís Beltrán Mago

42. Para no perder el hilo de Krina Ber

11 dic 2009

Feliz daga de labios

Sonrisa

flor de la vida


dádiva abierta

que tiñe todo de luz


experimento

ancestral que deviene alegría


señal abierta de un sano corazón


el mejor momento del día



Chaplin en el recuerdo



alimento perfecto del alma



la camisa que cubre los dientes

disimulando felices huellas



el aleteo de un espíritu libre



la cola del perro cuando llegas a casa



de las tormentas

la peor enemiga


la daga de labios

contra las penurias

7 dic 2009

Ganadores sin brecha generacional (tomado de libreriasonica.wordpress.com)


Ayer finalmente se dio a conocer el veredicto del II Concurso de poesía de Librería Sónica en la emisión en vivo del programa. Fue muy grato compartir con los ganadores, escucharlos leer sus poemas y sentir la emoción de estar junto a dos generaciones unidas por el alma poética.

Luego de la lectura de los 268 poemas recibidos, el jurado, integrado por los conductores el programa Jason Maldonado y Linsabel Noguera y presidido por la poeta venezolana Beatriz Alicia García, realizó una selección de 8 poemas y otorgó de manera unánime el primer premio al poema NIEBLA , por “el preciso uso de la estructura y el lenguaje poético para la construcción de imágenes que comunican al lector con el poema y por las metáforas limpias, que revalorizan el trabajo con nuestro idioma.”

Así mismo decidió otorgar una mención especial al poema LA NOCHE CREPITA, por “la pulcritud del lenguaje y las imágenes plásticas que reflejan un estado emocional, vinculando el espacio íntimo con la condición urbana del poeta”.

Una vez reveladas las identificaciones digitales conocimos el nombre de los ganadores, siendo ellos la poeta Hildegart Acosta, de Venezuela, autora del poema NIEBLA y el joven Gabriel Medina, de Venezuela también, autor del poema LA NOCHE CREPITA. Dos generaciones no tan distantes unidas por la mirada común sobre la palabra, la poesía y el compromiso de escribir.

Dejamos entonces que sean sus versos quienes lleguen ahora hasta ustedes.

Primer premio:

NIEBLA

Cuántas veces presentí lo inminente
sin saberlo
el esplendor que sobrevive a la huella
tatuaje disonante sobre la arena
extendida húmeda
cuerpo ya sin límites

Cuántas veces
las ganas de quedarme mirando
dentro de sus ojos una aurora infinita

de atrapar para siempre
con mi boca rodante
la trascendencia de lo sentido

Cuántas veces presentí sin saberlo
el destino fugaz de las nubes
el último parpadeo de la llama

grano de sol extinguiéndose

Hildegart Acosta



Mención especial:

LA NOCHE CREPITA

“…La noche crepita y en ese instante Transcurren como cinco mil once años…”
Elmer Szabo

Hablo de las noches,
esas de latidos apresurados,
hablo de la luz
que entra por la ventana y se
refleja en el suelo,
de las figuras que se forman en la oscuridad,
esas que tienen su propia historia,
que sabrá Dios su vergüenza,
obligados a pernoctar en las penumbras,
hablo de gritos que retumban en las esquinas de mi habitación,
provenientes de voces perdidas
cansadas de no ser escuchadas,
espero entonces que llegue el silencio,
la calma, la noche verdadera
esa que surge cuando la ciudad muere,
quedando en ella un extraño rumor, como una bruma.

Gabriel Medina

4 dic 2009

Cuartel de invierno


Cada vez que leo a Oscar Marcano me da la impresión de que algún truco tiene, que algún pacto tendrá con alguna entidad narrativa que clandestinamente le entrega las herramientas perfectas para construir sus historias, las cuales quedan retumbando en la memoria, tanto por sus imágenes, como por su precisa construcción relatora. Este es el caso –así como en Puntos de sutura y Sólo quiero que amanezca– de Cuartel de invierno.


Decir que es su más reciente publicación es cierto, ahí está, en el anaquel de las librerías. Pero más preciso sería decir que dicho texto inicialmente vio la luz pública hace quince años y fue producto de un fracaso, de un sinceramiento del propio autor consigo mismo sobre sus pocas facultades para la poesía (reitero, lo dijo el propio Marcano en la presentación del libro e incluso está escrito al principio del mismo). Mientras redacto esta brevísima reseña me viene a la memoria el hermoso poema de Rafael Cadenas titulado “Fracaso”, uno de mis favoritos, valga decir. Y es que después de asumir la derrota poética, después de quemar sus naves, la literatura venezolana perdió a un poeta pero ganó a un narrador fundamental.


El relato breve, el cuento y todas sus variantes, no pierden tiempo en ambages, miden milimétricamente las palabras para que no sobren y menos aún falten. Esto es lo que hace Oscar Marcano en su trabajo y la respuesta a ese enigma que llamé al principio como un “pacto” con quién sabe quién (o qué), está más que resuelto en el último relato de Cuartel de invierno, “No man’s land”, especie de ars narrativa del autor. Allí dice: “… porque estoy atado al suceso involuntario de redactar una y mil veces (pero si fuera una, pero si fueran mil las veces) el mismo relato…”. En otras palabras, es oficio, tiempo y terquedad; revisar una y mil veces lo escrito para dar con esa forma que jamás será perfecta, que jamás dará la satisfacción absoluta a un esteta de la palabra. “Algún día tengo que publicarlo, no?” –supongo que se dirá Marcano en su quehacer literario.


Cuartel de invierno está conformado por diecisiete relatos breves. Algunos de ellos se tornan un híbrido entre relato y ensayo, sin dejar por ello, el efecto esteticista que siempre busca el autor. Están los relatos “Festival”, el cual resulta emocionante, con un final que pudiera intuirse pero al fin de cuentas inesperado; “El doble”, la historia de un suicida que se ve a sí mismo mientras lo operan; “La culpa”, el fantasma de un aborto que persigue al personaje principal; “Teoría del nombre”, texto en donde el autor reflexiona –en parte– sobre el orden de los relatos en el libro (entre otros asuntos); “13-A”, un apartamento que controla a su inquilino; “Rana verde a pecesita azul”, estupendo cuento sobre el amor y la evolución humana, y otros relatos que por encima de las singulares situaciones, lo que destaca es la manera de contarlo.


Oscar Marcano se reafirma en su prosa como un excelso narrador cada vez que sale un libro suyo a la luz pública. Lo curioso en este caso particular es que son textos que ya bailan un vals quinceañero por su existencia, y supongo, que más temprano que tarde, tendremos el gusto de leer algún trabajo suyo de reciente hechura. A por él. Esperemos.

1 dic 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire


Tal como señalara en otras ocasiones con respecto a la trilogía “Millenium”: vale la pena ser leída. Las emociones, la intriga y el suspenso no cesan desde el primer tomo, Los hombres que no amaban a las mujeres, pasando por La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, hasta llegar a La reina en el palacio de las corrientes de aire. Son varias las opiniones que pueden verse en Internet con respecto a cuál es mejor que cuál, pero saliendo de esta válida dicotomía de los lectores, cada uno de los tomos tiene su elemento particular en cuanto a situaciones y personajes que contribuyen con la motivación de la lectura, y el deseo irrefrenable por develar la verdad para salir ilesos, junto a Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist, del largo complot que abarca toda la trilogía.


Entran en juego otros personajes bien estructurados como los que vienen de la secuela del primer libro. Un buen ejemplo es la detective Mónica Figuerola, la cual juega un rol importantísimo en el desenlace de la historia. Poseedora, además, de envidiables atributos físicos y de una notable inteligencia, características que hacen predecible el nexo que a la postre tendría con el periodista Blomkvist. Sigue la presencia ineludible de Erika Berger quien ahora se enfrenta a un terrible acosador bautizado como el “Boli venenoso”. Descubra usted por qué y quién le colocó el singular apodo.



Este último tomo de 854 páginas, cierra el ciclo de esta fantástica historia que ha causado variopintas opiniones en todo el mundo. No obstante y sin ánimos de restarle méritos a
La reina en el palacio de las corrientes de aire, más allá de lo que pudiera ser predecible en la historia, hubo una prolongada parte de la misma que si dejara de leerla no perdería la esencia de la trama. En todo caso, esta dilación, tal vez como estrategia narrativa (elemento que también está presente en el primer libro de “Millenium”), beneficia en el repunte de la historia principal cuando vuelve a aparecer sobre el texto. Tres libros y una historia que Stieg Larsson dejó como legado para la literatura contemporánea. Vale la pena leerla, lo vale.