Hablar
de un libro siempre es un compromiso, pero más difícil aún es hablar de un
libro que en sus adentros y desde el principio, le echa leña, le da palos –y no
al fuego precisamente-, a aquellos que como yo van a presentarles un libro y
fungen (¿o fingen?) ser padrinos de una obra. Este es el caso particular de Jueves de cruz y ficción”de… pues
supongamos que es de Luis Barrera Linares, pero es que hasta eso lo pongo en
duda, pues ¿no será el verdadero autor el reconocidísimo Febricio Persa (que
tampoco se llama así, por cierto)? El juego comienza desde el título, ya que lo
ideal hubiese sido presentarles esta deliciosa obra un día jueves, pero no,
como todas las buenas cosas (literarias) a las que nos tiene acostumbrado el
autor, llamémosle desde este momento, Luis Febricio Barrepersa, tenía que ser
un sábado y cerrar así la semana de una manera agradable, no como el finado
Febricio Persa, el verdadero, ¿asesinado o autosuicidado? Usted tendrá que
(des)cubrirlo.
Luis
Febricio Barrepersa, inicia su obra utilizando unos epígrafes que nos da una
pista de lo que se vendrá. Hallamos a un Saramago plagiando a Rafael Bolívar
Coronado; quien a su vez es plagiado por Febricio Persa y este, plagiado por
Albert Camus. Yo, Amenodoro Cují, por mi parte, estoy plagiando a un tal Jasón
Maldonado, que no se sabe a ciencia cierta si es Yeison, Jackson, o si es “Mal”
o Biendonado. En todo caso, hoy esta librería se transforma en una suerte de
maternidad en donde todos ustedes son las enfermeras, y claro, todos estos
libros intitulados “Jueves” una parranda de muchachitos que aspiran ser
adoptados por una módica y casi simbólica suma de dinero.
Pero
no quiero ponerme literatoso, cosa que pueden endilgar a Jasón-Yeison
(verdadero padrino de la obra) que no a este servidor, Amenodoro, razón por la
cual puedo citar sin verme afectado, la siguiente parte de la obra: “Se llama
padrino o madrina a la persona seleccionada por el autor o autora para ejecutar
el dictamen bíblico y ofrecer un discurso ante la concurrencia. Ya con rostro
severo, ya con una risita forzada que más bien parece mueca, el público
asistente se aglomera frente a quien habla”. Y no sigo pues el párrafo termina
con una imagen falocéntrica que, estoy seguro que a Jasón-Yeison no le
gustaría, bueno aunque a mí tampoco.
Jueves de cruz y de ficción parodia el mundillo de la literatura, de los estudiantes de Letras, de
las editoriales, y sobre todo, el de los concursos literarios como también a la
famosa egoteca que todo buen (y mal) escritor que se digne de serlo suele
tener. Si hoy nos congregamos aquí para darle la bienvenida al referido libro,
dicho texto también abre con el bautizo de una obra no menos importante: Partida de yacimiento, cuyo autoría
ahora dudo: ¿será de Febricio Persa; de Luis Febricio Barrepersa o de Luis
Barrera Linares? Por lo demás, más allá de discernir quién es el autor, la obra
camina por sí sola, nos divierte, nos pone a pensar, y sobre todo, a dudar. Que
como dijo el huraño Witold Gombrowicz plagiándose a sí mismo: “la literatura
poco seria trata de resolver los problemas de la existencia. La literatura
seria los plantea; la literatura seria no existe para hacernos la vida más
fácil, sino para complicárnosla”.
Es
bastante probable que Luis Febricio Barrepersa (ya no sabemos si L.B.L.) esté
pensando en este momento: “Pon la mirada en el infinito y escucha con rostro de
pensador alemán el discurso de quien hoy apadrina y presenta tu libro. Exhorta
a Amenodoro con tu gesto de complacencia”, tal vez, pero lo que sí puedo afirmarles
es que en la novela se celebra la vigésima edición del Premio de Novela Rafael
Bolívar Coronado y Febricio Persa es el firme candidato a ganar tan importante
galardón y por ello precisamente sus “tres mosquiteros” apoyarán con fervor que
su maestro, el máster, sea el elegido y lógico ganador.
Jueves de cruz y de ficción, ahorro energético incluido, alcanza su máximo nivel de intertextualidad
(ya me puse literatoso) cuando son los propios personajes de la obra anterior
de LBL, Partida de yacimiento, título
con el que participa en el prestigioso concurso literario el gran Febricio
Persa, quienes escapados de la novela planificarán “el asesinato de su más
temible enemigo”, es decir, de su propio creador, la muerte de ese que ha
abusado de tan nobles personajes a quienes ridiculizó y utilizó a su antojo
para hacer de esta obra, Partida de
yacimiento, otro de sus divertimentos.
Pero
entonces, ¿quién o quiénes son los asesinos de Febricio Persa? Esto es algo que
ustedes deberán descubrir en Jueves de
cruz y ficción, una novela de connotados plagiarios y de una venganza por
cumplir. Incluso deben estar atentos a que su nombre no cambie a medida que
avancen en la lectura o se vean envueltos en tan rudo asesinato literario, o como le llamaría el sobrino de la tía
Eloína, noble mujer a quien extrañamos mucho en esta novela, un “literasinato”,
que no es la muerte de una funcional litera sino de un destacado literato. Y
como no voy a decir “las dos palabras mágicas finales”, las mismas de siempre
que ustedes de seguro saben cuáles son,
terminaré con otras más jocosas que me
endilgo en este juego de heterónimos, tan propio de Pessoa o Montejo, y así el
propio Luis Febricio Barrepersa les dirá algunas palabras sacadas de su egoteca
por ahora bien administrada: “brindemos por ustedes los buenos lectores,
carajo”.
1 comentario:
Estimado señor Biendonado: Me solicita el copista Luis Barrera Linares que transmita (o reitere) mensaje de agradecimiento por sus palabras para celebrar la dicha "novelita" que atenta no solo contra los baustismos y los padrinazgos sino también contra los que que, como él mismo, viven de plagiar a otros, a los grandes y grandísimos hijos de la literatura venezolana. Reciba además saludos de la tía Eloína, quien por cierto no sale muy bien parada en este caso, porque —como bien vuesa merced ha expresado, ni la tomaron en cuenta.
Publicar un comentario