6 ago 2010

Elizabeth Costello

Después de que a Coetzee le dieran el Premio Nobel de Literatura en el año 2003, publicó esta joya que se llama Elizabeth Costello. Y el adjetivo no va de gratis, porque después de haber leído apenas cuatro de sus obras de una vasta producción literaria, el libro en cuestión tiene mucho de novela –obvio– pero también tiene –y aquí me arriesgo– algo de ensayo camuflado con ese fantástico personaje: una novelista cercana a los setenta años.


La veterana escritora comienza a dar conferencias en diversas partes del mundo, incluso a bordo de un lujoso crucero en alta mar. Sagaz e intelectual, Elizabeth desmorona a todo aquel que se atreve a contra argumentarla. Discute con fundamento y seriedad con varios personajes, llegando al punto de reflexión del mundo per se de la obra, como a la que evidentemente Elizabeth (¿o Coetzee?) genera en el lector.


Elizabeth Costello es un fantástico debate intelectual, enriquecido con referencias literarias de primera (Swift, Kafka, Joyce…) y con un soberbio final en donde Elizabeth construye extraordinarias y paradójicas argumentaciones para que, y gracias a éstas, un improvisado tribunal le permita traspasar una puerta a la cual se le ha negado el paso. Cuando termino de leer a Coetzee, siempre me digo: «¡Caramba, cómo se puede escribir tan bien!». Descubra usted qué hay detrás de la puerta.

5 ago 2010

Bauxista's land


vuelo alto
no soy producto de alguna yerba exótica

a bordo de un boeing 737
veo la laguna de Unare
como un simple escupitajo de gigante

la azafata con su cabello engominado
ofrece hambres con forma de pan
sed amarillenta en un vaso
con logos comerciales y besos ocultos
dentro del hielo

tiemblo ... no
tiemblan las alas ajenas que me llevan
acurrucado en esta incomodidad infinita

me alejo a cada de segundo de mi tierra

de lo mío
de los míos

no hay tristeza
sólo frustración de no haber dejado los miedos
en la aduana
no al de ser pájaro de hierro
en sesenta minutos
sino el temor universal de lo humano
el de los fracasos y los errores

del daño ajeno que he causado
desde el verbo y las acciones

estoy cerca

veo el codo oxidado del Orinoco
rodeado de barcos
vuelo
si las nubes fueran casas
viudas algodonadas
cotufas que se llevara el viento.

Politeia


Desde el principio del libro tercero de La República se percibe el gran deseo reformador de Platón. Tanto es así, que pretende reformular numerosos pasajes de La Ilíada y La Odisea, los cuales consideró no aptos para la formación de la nación y su gente, ya que se activaban los extremos del sentir humano, bien sea en la tristeza, bien sea en la alegría.


Poco a poco va surgiendo dentro de la obra la discriminación necesaria a las distintas debilidades del hombre, las cuales se presentan como elementos enemigos del alma. La “mentira”, por ejemplo, debía ser un arma utilizada sólo por los magistrados, ya que éstos como personas eruditas, la emplearían con el único fin de preservar el bien del estado, sabiendo cuándo y cómo valerse de ella. Luego aparece la “codicia” material, la cual no se podía admitir dentro de las espectativas de los guerreros porque éstos ya poseían una riqueza mayor dentro de sí: la fortaleza y la bondad para cuidar de todos. Por último, está la eliminación de la “injuria” sobre los hombres, y sobre todo, la que pudiera cometerse en contra de los dioses, logrando mayor virtud en pro de la satisfacción espíritu/moral personal y de la república, alcanzando así "la templanza" que soporta toda adversidad.


Basados en estas debilidades del corazón humano, Platón logra extraer de los discursos realizados por Homero motivos suficientes, que a su juicio, perjudican el bienestar de la sociedad naciente además de las diferentes maneras de cómo se debía tratar el discurso narrativo. Sale a relucir nuevamente dentro del texto la polémica del supuesto carácter imitativo de Homero al realizar sus cantos poéticos, porque éste se ocultaba -según Platón- bajo otra personalidad en los momentos de la ejecución; pero a su vez, reconoce que fueron pocas las veces que se presentaron aspectos imitativos en el desarrollo del discurso.


También está presente la enseñanza musical y la gimnasia como bases fundamentales para el enriquecimiento espiritual de los hombres, los cuales deberán considerar a la "tierra en que habitan como su madre " para protegerla de todo brote enemigo.


El tercer libro de La República es estupendo (bueno todo el libro), un tratado para la formación integral de la república y su gente, incluyendo además, los principios básicos de la vida militar como punto eficaz para salvaguardar a esta y cualquier otra nación. Viendo cómo están las cosas en Venezuela –y en el mundo–, esta relectura siempre deja mucho para reflexionar.

3 ago 2010

Caminando


sigo caminando contigo porque quiero
porque me nace



porque da gusto tomarnos de la mano
saltar las trampas del camino


caminando ya hemos aprendido que podemos caer
salpicarnos de miedo
de barro


caminante no hay camino, se hace camino al andar


este verso me lo robó Machado antes de que yo naciera
valió la pena
le dio buen uso


camino por ti para dejarte mis huellas de talla grande
para que pises sobre ellas
te guíes
me hagas tu camino.