Leer para
intentar comprendernos a nosotros mismos, escucharnos, sentirnos, reconocer
cada palabra que como masa informe está en nuestro adentro; leer para
cautivarnos, para dejarnos llevar por la historia de turno. Escribo esto y no
deja de impresionarme la gente que no le gusta leer (conozco unos cuantos en
este departamento), lo respeto mas no podré comprenderlo jamás. Hay quienes
leen como sea, donde sea, en la posición que sea, rodeados de montones de
libros alrededor como si éstos esperaran su turno para ser leídos; hay quienes
lo hacen (leer) con música y sin ella; también están los que han migrado casi
en su totalidad a la lectura digital y eventualmente van al papel, así como
están los tradicionales que de vez en cuando van al encuentro digital. En fin,
las oportunidades de lectura se dan donde sea pues es uno mismo quien las
propicia: en medio del caos y el ruido de la calle, en el transporte público,
en la oficina, en la comodidad de la casa y un largo etcétera.
En cuanto a
mis lecturas, amén de los autores de otros países y mi acostumbrando desorden
que me hace saltar de un libro a otro, considero que para el medio literario
venezolano fue la poesía quien llevó la punta, no dejo de lado la narrativa, el
ensayo, la crónica, etc., pero en cuanto a mis gustos, apetencias y lo que el
propio mercado editorial local ofreció a los lectores a pesar de lo difícil que
es publicar un libro en nuestro país, insisto, la poesía para mí tuvo un lugar
privilegiado en mis afinidades como lector.
Dejé de
reseñar mis lecturas no por falta de ganas sino de tiempo. Obligaciones académicas
y profesionales han reclamado su debida atención, y esto, caros y poquísimos
lectores, hay que respetarlo y atenderlo. Aquí les dejo mi acostumbrado resumen
de lecturas del 2014, y como es lógico, no incluyo las lecturas aún en progreso.
Por cierto, interesante número de libros leídos… “Cosas veredes, Sancho, que
farán fablar las piedras”. Y ahora, a
ordenar los libros en la oficina.
- La noche oscura del niño Avilés de Edgardo Rodríguez Juliá
- En sueño matarás de Fedosy Santaella
- El polvo de los muertos de Norberto José Olivar
- El último encuentro de Humberto Acosta
- Cómo editar un libro de Carmen Verde
- Fuera de tiesto de Armando Rojas Guardia
- Simone de Eduardo Lalo
- Días de bruma de Luis Alejandro Contreras
- La noche del oráculo de Paul Auster
- Los boys de Junot Díaz
- En busca del tiempo perdido: La prisionera de Marcel Proust
- En el bar la vida es más sabrosa de Luis Barrera Linares
- Beberes de un ciudadano de Luis Barrera Linares
- Entre héroes y tombos de Luis Barrera Linares
- Partida de yacimiento de Luis Barrera Linares
- Parto de caballero de Luis Barrera Linares
- Cuentos de humor y locura de Luis Barrera Linares
- Breves y bravos de Luis Barrera Linares
- La sombra inmóvil de Antonio López Ortega
- Las horas claras de Jacqueline Goldberg
- La decisión justa de José Miguel Roig
- Te mataré dos veces de Carlos Patiño
- Comunismo: fariseísmo glorificado de Fernando Mariño
- Y la familia se fue de Michael Kimball
- Así en la vida como en los libros de Sael Ibánez
- Celestino antes del alba de Reinaldo Arenas
- Antes que anochezca de Reinaldo Arenas
- El color del verano de Reinaldo Arenas
- Jinete a pie de Israel Centeno
- Calletania de Israel Centeno
- El hombre duplicado de José Saramago
- Martinica round trip de Mauricio Vélez
- Juez en el invierno de Jorge Gómez Jiménez
- Los cuadernos de don Rigoberto de Mario Vargas Llosa
- Elogio de la madrastra de Mario Vargas Llosa
- El viajero más lento de Enrique Vila-Matas
- La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares
- Sonetos y aquellos de Andrés Barrios
- 35 minutos de Nelson Cordido
- Las guerras íntimas de Roberto Martínez Bachrrich
- Álbum de mar de Arnaldo Jiménez
- La casa de dos palmas de Manuel Mejía Vallejo
- Santa Ángela del cerro de Eloi Yagüe Jarque
- Cosas que los nietos deberían saber de Mark Everett
- La misa de Manuel Acedo Sucre
- Happening de Gustavo Valle
- Ni tan chéveres ni tan iguales de Gisela Kozak Rovero
- Antología mayor de Alfonsina Storni
- En busca del tiempo perdido: La fugitiva de Marcel Proust
- Casa de pisar duro de Gina Saraceni
- I’m Ozzy: confieso que he bebido de Ozzy Osbourne
- Diario de invierno de Paul Auster
- Sombras sobre la luna de Van Gogh de Cesia Hirshbein
- Ser al decir de Alfredo Chacón
- Por decir así de Alfredo Chacón
- El último día de mi reinado de Manuel Gerardo Sánchez
- Próximo tren de César Segovia
- En medio del blanco de Kira Kariakin
- Maneras de irse de Ricardo Ramírez Requena
- El clan perverso de Numa Frías
- Sin negativos y estaciones de Edda Armas
- El orden del discurso de Michel Foucault
- Limones en almíbar de Jaqueline Goldberg
- Te habías secado el pelo y comenzó a llover de Alejandro Rodríguez Morales
- Contrapastoral de Harry Almela
- Lugar de tránsito de Flavia Pesci
- El libro de la tribu de Santos López
- Objetos no declarados de Héctor Torres
- Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar
Investigando algunas cosas sobre José Saramago, me di cuenta de que dejé por fuera Las intermitencias de la muerte, así que fueron 70 libros.
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