15 dic 2009

Los 40 del 2009

Para muchos en tiempos de tecnología el encuentro con el libro resulta retrógrado. Internet (con sus redes sociales y demás), ipods, mp3 (y mp4), smartphones, televisión por cable y un largo número de aparatos, de una u otra forma ciertamente, contribuyen para que el hábito de lectura se vea amenazado por tanto juguetito nuevo (unos excelentes, lo reconozco). Aparecen así los artefactos que ofrecen un acercamiento digital a la palabra, desde los grandes clásicos de la literatura universal, hasta los textos de autoayuda, logrando esa simbiosis entre el acto de lectura y los avances de la tecnología, para que la gente –y esto es mera intuición porque aún no tengo uno de estos e-readers– tenga un pie en el pasado y otro en el futuro a la hora de leer.


Lo de retrógrado o no, es discutible. Basta echar un vistazo en una librería y ver como la gente se lleva los libros por lotes a pesar de su precio. Claro, estarán los compradores impulsivos, los que quieren sencillamente aparentar una vasta cultura a través de la biblioteca personal y leen menos de la mitad de lo que compran; estarán los que compran libros para regalar –más en estas fechas navideñas; y por supuesto los que sí compran para leer con voracidad. ¿Se lee o no se lee? Esa es la cuestión.

Después de estar más de dos años en el aire llevando un programa radial literario, puedo decir que sí se está leyendo. No sé si mucho, no sé si poco, pero sí se lee. Esta grata experiencia me ha hecho ver el panorama literario desde otra perspectiva, conocer gente muy capaz en el ámbito escritural y en el campo editorial, más en un país tan golpeado por las ineficientes políticas cambiaras –por decir lo poco– que sin duda ha afectado a la industria. No obstante, de lo malo lo bueno: esta situación ha hecho que el mercado apueste más al talento local, a los escritores de la casa. Semanalmente hay casi un bautizo de libro por día y parece que el mismo, mantuviera una posición firme frente al boom tecnológico y otras fuentes de distracción (considerando la lectura como una de esas fuentes). Surge así otra pregunta: ¿hay más escritores que lectores? Parece que ahora todo el mundo escribe. Dejo la pregunta abierta para la reflexión. Y, ¿todo el mundo lee?



Lo cierto es que por distracción, pasión, compromiso o simplemente gusto, me propuse leer al menos cuarenta libros al año. Cumplí mi meta entre autores foráneos y propios, algunos muy conocidos y otros en pleno nacimiento literario. No incluyo en esta lista algunos comics, blogs literarios y menos aún la prensa del día y una que otra revista. El tiempo no dio para más, pero haber cumplido el objetivo es más que suficiente. Estos fueron mis cuarenta (y un tilín más), ya veré cuáles libros me esperan para el 2010.


1. La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo de Axel Capriles

2. Mira por dónde de Fernando Savater

3. El doble arte de morir de José Balza

4. La carpa y otros cuentos de Federico Vegas

5. La distorsión de J E Chelín

6. Verbos predadores de Jacqueline Goldberg

7. Close Up de Armando Coll

8. Tren sin retorno de César Gedler

9. Bajo tierra de Gustavo Valle

10. Dioses lejanos de Misha Berlinski

11. El Telémaco de Ángel Suárez

12. La casa de papel de Carlos María Domínguez

13. Cuando bajaron las aguas de Gabriel Payares

14. Una ola tras otra de Eli Bravo

15. Expediciones de Beatriz Alicia Calcaño

16. Imposible de lugar de Claudia Sierich

17. Bisexual de Vivian Stusser

18. Gomorra de Roberto Saviano

19. Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas

20. El país de la canela de William Ospina

21. Siempre Fragmentos de Tadeusz Różewicz

22. Amarrando la paciencia a un árbol de Mharía Vázquez Benarroch

23. Un vampiro en Maracaibo de Norberto José Olivar

24. Mi oído en su corazón de Hanif Kureishi

25. La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón

26. Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson

27. El mundo según Cabrujas compilación de Yoyiana Ahumada

28. Sylvia de Valmore Muñoz Arteaga

29. La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina de Stieg Larsson

30. El dinero del diablo de Pedro Ángel Palou

31. Breviario Galante de Roberto Echeto

32. Cautiva de Clara Rojas

33. Lugares olvidados de Beatriz Alicia García

34. Estancias de Rafael Castillo Zapata

35. Un amor de Swann de Marcel Proust

36. Un lugar lejano de Fernando Butazzoni

37. La mecánica del corazón de Mathias Malzieu

38. Lecturas desplazadas de Arturo Gutiérrez Plaza

39. La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

40. Cuartel de invierno de Oscar Marcano

41. Antología esencial de Luís Beltrán Mago

42. Para no perder el hilo de Krina Ber

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