Todo comienza cuando el periodista argentino Ulises O. Puig quiere escribir una novela policial. Para ello, comienza a investigar la muerte del profesor colombiano Octavio Modotti, una especie de rockstar pero llevado a la literatura, entablando conversaciones con los alumnos más allegados a “El dromedario”, como bien le decían. Modotti, explayado más en su manera de ser, manipuladora y algo pervertida, y no tanto por su talento dentro de la novela, termina siendo ese titiritero que lleva parte de la trama y la anécdota dentro de Deambulando hacia la lumbre hasta su desenlace.
Cada uno de los personajes se va desmontando a sí mismo con sus dilemas, sus conflictos y atribuladas psiquis, en un medio que para sobrevivir, hay que hacer el mejor de los esfuerzos, bien por sus capacidades, bien por colocar la zancadilla oportuna cuando sea necesario, más aún con toda la problemática inherente a estos estudiantes expatriados que envidian, codician y compiten; personajes que además están en busca de su propia identidad en mundo académico ironizado tras la narrativa de la autora. “El dromedario” pudiera resultar excelso en términos intelectuales en algunas ocasiones dentro de la historia, pero en otras tantas, detestable como ser humano. ¿Cómo murió? Allí el quid de Deambulando hacia la lumbre.
1 comentario:
Tal y como lo cuentas, parece muy interesante, casi como una novela negra.
:D
Un abrazo
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