4 jun 2008

Mi marido es un cornudo


Rápida, agradable y divertida lectura la que podemos hacer de Mi marido es un cornudo, de la periodista Elizabeth Fuentes. Con apenas leer las tres primeras líneas sentirá la incontrolable necesidad de seguir leyendo, ver por dónde va, ver cómo hizo y se atrevió a indagar en un tema –y después de leer el libro, pregunto:- ¿tabú?

Cruelmente realista y tomando como base científica muchos estudios en materia de infidelidad femenina, el texto nos hace reír y reflexionar sobre este tema, dejando en la incógnita el hecho de saber qué tanto de lo relatado lleva el sello autobiográfico –a juzgar por lo dicho en la propia contraportada- de la autora.

De los diez libros que conforman la colección “Llámalo amor, si quieres”, tuve la suerte de leer sólo la mitad, y todos me parecieron formidables por la manera en que sus autores se aproximaron al tema amoroso. Sin embargo, destaco a título personal los dos libros que más me gustaron y que enmarcan este esfuerzo literario en un todo más que uniforme, que aborda el tema perenne y universal del amor dándole un comienzo y un final sencillamente hilarante a esta colección dirigida por Leonardo Padrón: Amorcito corazón, de Laureano Márquez; y Mi marido es un cornudo, de Elizabeth Fuentes.

Los invito a divertirse, ergo, a leer en este caso. Entre gustos, colores y amores…sólo pintan los autores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo por norma no intervenir para hacer comentarios negativos sobre una obra pero en este caso voy a hacer una excepción porque este ensayo (por darle un nombre ya que no llega a la categoría de novela ni de cuento) es lo mas malo que he leído en mucho tiempo y pasa a encabezar mi lista de libros malos, cuyo primer lugar ostentaba la novela "El guardián entre el centeno" de JD Salinger y que consideraba difícil de superar.

Afortunadamente no lo compré porque habría perdido mi dinero, me lo dejaron como regalo en mi reciente viaje a Venezuela y en los proximos dias irá a parar a un contenedor de reciclaje de papel para darle un final digno.

Este libro demuestra el poder del marketing y de una buena distribución ya que lo ví en casi todas las vitrinas de las librerías, no se deje engañar el lector por esto porque el escrito no merece la pena ni despierta ninguna pasión y ni siquiera el final es interesante.

Lo siento señora Fuentes, pero su escrito es pateticamente malo.