21 ene 2009

Mira por dónde


Este es el tipo de libro para leer sin premura. Es un libro para degustar de la sobrada inteligencia de Savater que según él mismo no es tal. Son muchísimos los subrayados y en uno de los tantos recuerdo que dice algo así como que no le gusta trabajar, que lo que le gusta es aplicarse en una actividad que lo entretenga y le dé de comer. El hombre en algún lugar asoma que está obstinado de viajar, de chácharas y demás, quién lo diría. Se bandea en la propia dicotomía de sus emociones al necesitar del reconocimiento público y rechazarlo al mismo tiempo: “Aún hoy aspiro al reconocimiento pero detesto que me conozcan, quisiera impresionar a la multitud y desaparecer de inmediato: volver a una casa en penumbra, cuya ubicación nadie sepa, y pasear a tientas por sus habitaciones recordando los recientes vítores, en silencio y descalzo. Invulnerable.”
Su juventud con la irremediable política de por medio, Franco, algún porro de marihuana, el amor, la familia, tragos de más, los libros, la escritura, su amistad con Octavio Paz y con Ciorán, mil peripecias, como por ejemplo la de quitarse “las gafas para que no se le cayesen en la refriega…y terminar yendo hacia la policía en lugar de huir de ella”. Todo esto, entre otras cosas, está presente en Mira por dónde.
El libro llegó a mis manos gracias al librero Roger Michelena (libreriamichelana.blogspot.com) que difícilmente recomiende algo malo. Discrepamos en cuanto la imagen actual que él tiene de Savater, pues me decía que está redundando sobre lo mismo. No estuve de acuerdo puesto que como filósofo al fin en qué otro mar puede nadar. No obstante, estuvimos de acuerdo en cuanto a esa especie de humildad exacerbada que se transpira en el libro y que cada quien lo notó de igual manera (bueno, es una autobiografía, no?), hecho que no le quita lo sabroso de todo lo que cuenta, de todo lo que dice, de todo lo vivido. En esta autobiografía razonada podemos ver desde una tangente, lo que ha sido la vida de uno de los pensadores contemporáneos más formidables de la actualidad.

2 comentarios:

Pupila dijo...

Pasando a saludarte J.L. y aunque para muchos ya es tarde, pues desearte un año feliz. Me gustó mucho encontrarme con esta breve reseña, sobre todo con esta parte:

“Aún hoy aspiro al reconocimiento pero detesto que me conozcan, quisiera impresionar a la multitud y desaparecer de inmediato: volver a una casa en penumbra, cuya ubicación nadie sepa, y pasear a tientas por sus habitaciones recordando los recientes vítores, en silencio y descalzo. Invulnerable.”

Debe ser terrible la vulnerabilidad ante la fama como las que tienen este tipo de personas. Debe ser algo así como un breve cielo del reconocimiento para inmediatamente caer en un largo infierno sin privacidad.

Abrazos! (luego me pongo al día con lo demás)

Pupila dijo...

P.D.2 Me hizo gracia el tono malandro (en el buen y simpático sentido de la palabra) de "¿cuál es tu escombro?"


:-)