4 abr 2008

Sigamos esperando a Godot

Dependiendo del día en que usted desconocido lector se anime a leer estas líneas, pudiera comenzar de las siguientes tres maneras este acercamiento: el próximo 13 de abril se cumplirá un día más del natalicio de Samuel Beckett; hoy 13 de abril se cumple un día más del natalicio de S.B.; o, el pasado 13 de abril se cumplió un día más del natalicio de S.B. premio nóbel de literaruta del año 1969. Esta es un pequeña aproximación a Esperando a Godot.


Ver cosas donde no las hay seguramente nos remite a un caso patológico que apunta a la paranoia, al desenfreno. Lo más curioso de ello es que se justifica día a día con las cosas que vivimos y que sin querer nos hacemos testigos de otras. Motivos pueden sobrar, pero entre ellos tenemos: el poco tiempo para compartir con los nuestros, la carrera irreversible por conseguir dinero para subsistir y toda la secuela de hechos agobiantes dentro de la sociedad: hambre, inseguridad y desconsuelo.

Todas estas situaciones han hecho que el hombre moderno se tenga que armar de valor e inteligencia para aligerar la carga, y una de las herramientas que ha empleado inconciente o concientemente para sobrellevar la vida y sobrellevarse a sí mismo ha sido la ironía, porque a través de ella, consigue refutar muy sutilmente lo que le incomoda y transgredir lo que en mucho de los casos no se puede lograr con la palabra directa. El tiempo se ha encargado de dejar pruebas, que la ironía como tal, se utilizaba como intermediario entre lo que se decía y lo que se pretendía comunicar, por ejemplo Sócrates y su Mayéutica, en donde el que sabía terminaba reconociendo su ignorancia y el que no sabía, irónicamente, era el erudito en la materia; o también las obras de Aristófanes, cargadas de sátiras políticas o literarias con una fuerte tendencia irónica.

Uno de los escritores de nuestro siglo que se ha destacado por utilizar dentro de sus obras literarias el recurso irónico fue Samuel Beckett, el cual toma de la decadencia moderna el punto de partida para su obra Esperando a Godot: aquí el absurdo se engalana de actor de principio a fin en la voz de todos sus personajes y la mejor manera que halló Beckett para conseguir su objetivo, fue utilizando la ironía como recurso para suplir el vacío que fecunda a pasos agigantados en el mundo.

Beckett Barclay Samuel, considerado por críticos y no críticos como el más o uno de los más importantes autores del vanguardismo moderno. Nace en un pueblo cercano a Dublín llamado Foxrock el 13 de abril de 1906. Realiza estudios en importantes academias irlandesas frecuentadas también por Oscar Wilde. Hacia el año 1928 viaja a París y es en la Escuela Normal Superior donde conoce a Ezra Pound y a James Joyce, con quien entabla una larga amistad haciéndose secretario del genial escritor.

Sus primeras novelas cortas o noveletas fueron publicadas en la revista Fontaine. Acto seguido publica un ensayo sobre Marcel Proust con el cual despierta cierto interés en algunos eruditos en la materia. Una vez que estalla la Segunda Guerra Mundial se adscribe a la resistencia y se refugia en Vaucluse, lugar éste donde empieza a escribir extendidamente.

Atrevimiento personal de darle un perfil psicológico a los personajes de Esperando a Godot.

Vladimir (Didi): busca conducir a la mesura a su compañero. Inseguro de las cosas que dice por ello siempre Gogo lo hace dudar. Es reflexivo con respecto a la situación que vive.

Estragón (Gogo): Sarcástico y totalmente desesperanzado. De grandes problemas existenciales, que para solventarlos, siempre busca los medios para divertirse. Es un personaje evasivo de las situaciones.

Pozzo: personaje de mala memoria, muy cruel y siempre se hace suplicar. Muchos de los diálogos de Pozzo son irónicos. Es violento y autoritario.

Lucky: de presencia animalesca. Siempre atento a los mandatos de Pozzo. Ironiza en su totalidad al ser humano y al absurdo del mundo. Representa la humanidad que muere.

El Niño: mensajero de Godot, personaje sumiso y temeroso ante todo aquel y aquello que se le presente.


La obra gira en torno a una espera inútil que nunca se concreta. Mientras Didi y Gogo se impacientan, éstos deciden divertirse, "matar el tiempo" en banalidades que refuerzan más la idea del autor, la cual se centra en afirmar lo absurdo de la vida y de la imperiosa necesidad que siente el hombre de apartarse de un mundo cada vez más hostil e inhabitable.

A lo largo de la obra Estragón siempre hace dudar a Vladimir y pone a prueba la conciencia de éste con sus constantes preguntas y actitudes; por otro lado, Vladimir procura darle un hálito de esperanza a Estragón (el cual ni él mismo posee) con su incesante: "Esperamos a Godot", como si esto solventara la angustia de éstos y su propia indigencia.

La presencia de Pozzo y Lucky reitera aún más el absurdo que engloba la obra, bien sea por la mala memoria que tiene aquel, la sumisión incondicional de Lucky ante su "amo" o porque ambos entran en el círculo pueril y vicioso que arman Didi y Gogo.

Entre todos los personajes se presenta lo que Phillippe Adrien (dramaturgo francés) llamó "variaciones de la relación amo-esclavo", e incluso se da por igual con el Niño que sirve de mensajero a Godot.

La historia total de Esperando a Godot se podría considerar como "la nada", como el reflejo mismo de la humanidad en la cuerda que lleva Lucky del cuello; la desesperanza del hombre en medio de una obra que padece el complejo de Sísifo, por ello mismo el segundo acto parece repetir el primero, y así, Didi y Gogo proponen ahorcarse una vez más para acabar no con sus vidas, sino con el tedio, pero sabemos que no lo harán porque siguen esperando a Godot.

¿Hay o no ironía? Reconstrucción de la ironía en la obra.

La mayor ironía que hay dentro de la obra se presenta en su enunciación total y se refiere a que los personajes (Didi y Gogo) esperan a alguien o a algo que no conocen y que nunca aparece. Dicho en otras palabras, la ironía como tal se construye sobre una espera tediosa que los personajes transforman en fantástica, es decir, la disfrazan para combatir el aburrimiento: pretenden ahorcarse, discuten por la zanahoria y los nabos, la escena en que entran Pozzo y Lucky, entre otras situaciones, acentúan el absurdo y la contradicción en que viven Vladimir y Estragón.

El proceso que Wayne Booth llamó "reconstrucción" de la ironía, comienza cuando el lector rechaza todos los diálogos inútiles que entablan Vladimir y Estragón, y el rechazo -creo que unánime- de que alguien espere algo o a alguien que no conoce y por consiguiente, que realice acciones ridículas e incoherentes con lo que sería el acto de "esperar".

Luego, como producto de la necesidad de descifrar por qué dos personas actúan y hablan estupideces, comenzamos a preguntar quién o qué diablos es Godot para tratar de canalizar y darle una explicación a una espera vacua y sin sentido, y a través de esta especulación de ideas poder presumir que Beckett pretende mostrar algo que está oculto en medio de la obra misma. Entonces nos decimos a nosotros mismos : -no creo que el autor piense en la posibilidad de que dos personas que esperan a alguien hagan tantas y cuales idioteces.

Por último, en este proceso de reconstrucción, existe un significado paralelo a la obra misma y es el que a priori refleja el absurdo del mundo que plasmó Samuel Beckett dentro de Esperando a Godot, además, lleva consigo (la obra) una especie de mofa contra la existencia misma.

Aferrarse a ciertas conjeturas no implica una ausencia total del error, es decir, si atribuyo a esta obra un significado como el descrito anteriormente fue porque se tracé una línea operativa que me ayudó a darle lógica a todos y a cada uno de los actos de sus personajes; dicho significado estaba basado en cierto sentido común que todos compartimos: ¿ acaso esta situación es posible en la vida real? -no, no creo.


Nodriza: ...Y ¿para quién guardáis

Devorada de angustias ese esplendor oculto

vano misterio de nuestro ser?

Herodías: para mí.

Nodriza:Triste flor solitaria, sin otras emociones

que contemplar su sombra en el agua, con pasmo.

Herodías:Guárdate tu piedad junto con tu ironía.

Stéphane Mallarmé

Juego de palabras y falta de lógica.

La obra beckettiana en lineas generales presenta dentro de su contenido un constante fluir de elementos irónicos que al lector a simple vista desconcierta, pero la importancia irónica que recubre a los "juegos de palabras" apunta hacia una aceptación superficial de lo que se está comunicando, esto es, consentir un determinado precepto en lo que podríamos llamar su "armazón" para continuar el proceso de reconstrucción de la obra, a sabiendas aún, que lo que leemos es ilógico. Así, en Esperando a Godot hay un eterno juego de palabras entre los personajes, como por ejemplo cuando se pone en duda si es de día o noche: al principio de la obra, según la acotación, está anocheciendo, pero se reitera que es de día y en determinadas ocasiones se pone en duda si es de día o de noche:

Vladimir: Aún es de día. [-Y más adelante Estragón señala]:

Estragón: Bueno... la oscuridad... la fatiga... la debilidad... la espera... confieso... creí... por un momento...

Esta "oscuridad" remite a que ya es de noche o que por lo menos ese "aún es de día" no puede ser posible, y en atención a lo que se señalé anteriormente en cuanto a aceptar el juego como parte de la reconstrucción, esa "oscuridad" vuelve a ser refutada con la luz:


Pozzo: (...) Supongamos que se vayan ahora, cuando aún es de día, pues a pesar de todo aún es de día.


Si bien resulta confusa toda esta situación -el hecho de si es de día o de noche- la aceptamos como se presenta en su fase más elemental, es decir, en su superficie, siendo este uno de los tantos puntos donde el absurdo rompe el fluir de la causalidad y niega toda razón teleológica para colocar al lector o al espectador en el vértigo del sin sentido, de la negación de un orden homogéneo y continuo donde reconocerse y guarecerse.1

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1.Bravo, Víctor: Ironía de la literatura. Dirección de cultura de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. 1993. p.21

Igualmente el notable absurdo que es una constante general en la enunciación total de la obra, se verá entremezclado con todos y cada uno de los elementos que pudiera llamar herramientas de la ironía, con lo cual se logra o el autor logra el efecto buscado:

Vladimir (levanta la mano): ¡Escucha! (Escuchan grotescamente inmóviles)

Estragón: No oigo nada.

Vladimir: ¡Pssst! (Escuchan. Estragón pierde el equilibrio, casi se cae. Se agarra del brazo de Vladimir, quien se tambalea...) Yo tampoco...

En esta situación en que Vladimir manda a hacer silencio a Estragón para poder escuchar algo y luego dice que él tampoco escucha nada, se ven mezclados como dije anteriormente, los elementos de la ironía, bien sea, el absurdo, lo lúdico de las palabras o la falta de lógica como verán a continuación. Lo más complicado en el tratamiento de la ironía, no es el simple hecho de reconocerla, no; sino desligar las modalidades que de ella se pueden apreciar. Por ello he insistido en la mezcla de las herramientas irónicas, con lo que quiero indicar, que en un enunciado donde se halle la ironía, puede hablarse de un juego de palabras, de un absurdo, de una falta de lógica, etc.

En primer lugar es preciso señalar que la falta de lógica como herramienta irónica es meramente intencionada, es decir, si hallamos un contradicción evidente entre lo que dice un personaje ahora con lo que dice después o el sujeto lírico después de afirmar algo se contradice posteriormente, sólo podemos pensar en dos cosas: o el autor se descuidó en el tratamiento de su obra, o intenta decirnos algo de una manera oculta:

"La falta de lógica deliberada puede ser una pista sobre los pensamientos falaces de un personaje o una invitación a unirnos al autor en la denuncia de lo absurdo de las cosas."2

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2.Booth, Wayne: Retórica de la ironía. Editorial Taurus, España. 1986. p.114

El hecho de reconocer, además, momentos en una obra donde hay una falta de lógica, también implica un proceso que por su obviedad, a veces no nos damos cuenta de ella, y es el simple hecho de lo que por convención reconocemos como cierto o falso, es decir, si por ejemplo encontráramos una frase como "¡ Qué bella está la noche, mira como brilla el sol !", resulta de inmediato el rechazo hacia este enunciado, porque todos sabemos que es imposible dicha afirmación.

Pueden verse diversos ejemplos de esta "falta de lógica" en Esperando a Godot. Insisto en el tema de "la noche" porque me resulta diáfano para la explicación: como señalé anteriormente, Vladimir se presenta como un ser vacilante e inseguro; éste se pregunta constantemente si la noche llegará pronto:

Vladimir: ¿No llegará nunca la noche?

hecho que sugiere que es de día, pero luego él mismo afirma que es de noche cuando se dirige a Pozzo aludiendo a la obediencia de Lucky:

Vladimir: sin embargo, esta noche hace lo que le pide.

Si bien aquí se nota lo contradictorio en lo que dice Vladimir, más adelante se corrobora la falta de lógica en lo que éste dijo, ya que en una de las acotaciones, después de una larga tertulia entre los personajes, se afirma la presencia de la noche, así:

(La luz se extingue bruscamente. La noche cae de pronto. Sale la luna al fondo...)

El efecto que produce este hecho contradictorio es precisamente lo que busca la ironía como objetivo final: insinuar, contraponer ideas, crear incertidumbre, dislocar, o como lo planteó Víctor Bravo, lograr una lucha contra esa ceguera (la del mundo) y el develamiento de otras vertientes de lo real, acaso abismales, acaso contradictorias, pero siempre cercanas al estremecimiento de lo bello o lo siniestro,3 con lo que se consigue exaltar esa fuerza oscura de la ironía y donde el sin sentido cobra forma para la reconstrucción de ésta.

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3.Bravo, Víctor: Op.cit. p.68

"Del azur que es eterno, la serena ironía con indolencia bella, abruma cual las flores al poeta importante que en su genio no fía a través de un desierto, estéril de dolores."

Stéphane Mallarmé

Pistas para la ironía y contraste de estilos.

Empiezo por lo más elemental ya que el título de la obra resulta una pista, porque automáticamente preguntamos quién o qué será Godot. Quizás al principio no sea tan obvia esta pista como en la Modesta proposición (...) de Swift, pero una vez leída la obra reiteramos que el título es más incitante de lo que parece. Lo que he denominado Pistas para la ironía, no aclara por completo si una obra determinada presenta como cimiento a la ironía como tal, es decir, se ha de concluir que en un enunciado particular hallamos una "pista" por el contexto mismo de la obra y porque en el transcurso mismo de la enunciación total se ha ido sumando información que apunta al reconocimiento irónico. De esta manera se van agregando significaciones al entendimiento de Esperando a Godot y la debida reconstrucción que la obra misma impone con el apoyo de esas insinuaciones que ya he denominado "pistas".

Ya diversos críticos han sembrado multiplicidad de interpretaciones con el nombre Godot por el valor lexemático que implica: God/ot (Dios en inglés). De allí la exégesis planteada sobre esta polémica obra que indica, entre otras explicaciones, el sin valor de la vida sin Dios, la indigencia del ser humano cuando pierde su fe, etc.; significaciones muy valederas cuando todos sabemos que a través del tiempo no se han alcanzado los valores de la humanidad y la utopía platónica no se ha concretado, colocando "al hombre en los años finales del siglo en la perplejidad de una pura natividad, de un puro sin sentido"4.

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4.Ibid. p.58

Otra pista puede verse en el personaje Lucky y en el significado literal que su nombre refleja: "afortunado". Se puede afirmar que esta es la pista más clara que el autor ofrece para insinuarse sobre el absurdo que quiere resaltar. Lucky es azotado implacablemente por su amo (Pozzo), hasta el punto que la presencia de Lucky con la soga al cuello evoca al animal peor tratado.

En la relación Lucky-Pozzo existe ese elemento irónico que se presenta constantemente y es el hecho de los innumerables insultos que infiere Pozzo a Lucky: "eres un cerdo" -le dice en todo momento. Pero la realidad es que el verdadero "cerdo" es Pozzo: cruel, canalla, miserable. Lucky es el reflejo perfecto de Pozzo y la humanidad destrozada, corroida por la enfermedad, atrapada en una red de donde no puede escapar:

Pozzo: En otro tiempo bailaba la farándola, la almea, el bamboleo, la giga, el fandango e incluso el Hornpipe. Saltaba. Ahora ya sólo hace eso.¿Saben cuál es su nombre?.

Estragón: La muerte del lampista.

Vladimir: El cáncer de los ancianos.

Pozzo: La danza de la red. Se cree apresado en una red.

Sin duda alguna la suerte de Lucky no es muy buena que se diga. Resulta inquietante, si se quiere, verlo obedecer incondicionalmente a Pozzo, a pesar del maltrato que éste le infiere a lo largo de toda la obra y de lo irónico de que Lucky no huya de Pozzo cuando éste se queda ciego. Beckett trastoca las cualidades de estos dos personajes para indicar lo que ellos representan verdaderamente, es decir, Lucky resulta poco afortunado ante todo lo que vive y Pozzo es presentado con ínfulas de grandeza para contraponerlo con lo que él realmente es: un miserable.

Partiendo de este punto puede hablarse del contraste de estilo que precisamente se nota en las actitudes de Pozzo, lo cual da vestigios de un tratamiento irónico en la obra. Como he dicho en varias ocasiones, Pozzo es un canalla sin misericordia, un desalmado; convención que se afirma cada vez más con las acciones repugnantes que éste realiza. ¿No resulta contradictorio que en ciertas oportunidades quiera hacerse sentir como el mártir de la obra? Efectivamente. Y es aquí donde comparo tal situación para indicar que el autor quería enseñar otros motivos distintos a los que a primera vista ofrecía: ese que apunta al absurdo de la vida misma:

Pozzo (Gime, se lleva las manos a la cabeza): ya no puedo... ya no puedo soportarlo más... lo que hace... no pueden ustedes saber... es horroroso...

Más adelante señala:

Pozzo (solloza): En otro tiempo... era amable [¿acaso ya no lo es cuando cumple todo lo que le indica?] me ayudaba a ser mejor... ahora... me ha asesinado.

Pozzo después de gemir y sollozar reconoce que él mismo no es capaz de sufrir, que todo ha sido una mentira:

Pozzo (tranquilo): Señores, no sé qué ha sucedido. Les pido perdón... ¿Parezco yo un hombre a quien se le puede hacer sufrir?. ¡Vamos!...

Aquí la voz de Pozzo da un vuelco distinto a su forma natural de hablar. Ha de notarse lo que Wayne Booth llamó "cambio de estilo" en el momento en que el personaje en cuestión se hace la víctima ante el indefenso Lucky. Sin necesidad de ser impuesto o señalado de alguna manera, se puede establecer una comparación entre lo que dijo Pozzo en determinado momento con lo que dijo después para comprobarnos a nosotros mismos que estamos frente a una acción paradójica, absurda e irónica.

"Ignoro en la medida en que sé... Es lo que llevo de desconocido en mí lo que me hace ser yo."

Paul Valéry

La alegoría como elemento irónico.

El primer efecto que produce la ironía en los lectores es el de rechazo inmediato a pesar de que el enunciado que contenga lo irónico sea coherente consigo mismo. Desde este punto de vista la alegoría como tal no es en su totalidad irónica, ya que ésta no nos arrastra hacia una negación de su significado, sino más bien, hacia la adquisición de información adicional para la reconstrucción de la ironía. Es plausible añadir que la lectura de una frase alegórica en comparación con una que sea irónica, resulta más literal por el hecho de conservar –lo digo de esta manera- su estructura formal de significado/significante, esto es, mantener literalmente lo que dice.

A grosso modo la mayor alegoría de Esperando a Godot apunta hacia la condición actual del ser humano, pues bien es sabido que hasta el siglo XIX aún se creía en el orden, en el proceso de industrialización como el eje básico para el bienestar de la sociedad, el cual sin duda alguna postulaba la paz en todo el mundo. El tiempo se ha encargado de demostrar lo contrario y es esto mismo lo Beckett con gran acierto logra plasmar en esta obra a través de sus personajes, cruzando de un punto a otro la desesperanza del hombre.

Bien es sabido que Beckett estuvo refugiado durante la Segunda Guerra Mundial en Vaucluse, quizás por ello mismo en la voz de Vladimir alude a este lugar:

Vladimir: Sin embargo, hemos estados juntos en el Vaucluse, pondría la mano en el fuego. Hicimos la vendimia, sí señor, en caso de un tal Bonelly...

Y más adelante señala:


Vladimir: ¡Pero allí todo es rojo!

Ha de suponerse que ese "rojo" no alude tan sólo al color de la uva, no a esa alegoría Dionisíaca de la vendimia, porque además, el color de la uva no es el "rojo" exactamente, sino más bien, a la sangre y al dolor humano que significó aquella guerra que aún está latente en el recuerdo de muchos y que Beckett presenció muy de cerca. Aceptar la vendimia como una imagen alegórica quizá pueda ubicarnos en un mejor entendimiento de Esperando a Godot:

"La mejor manera de descubrir la intención del escritor es aceptar ese papel de interlocutor, pronunciarse, pues, sobre la eventual precisión de los argumentos sostenidos por el escritor."5

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5.Todorov, Tzvetan: Crítica de la crítica(1984). Monte Avila Editores, Venezuela. 1991. p.134

La suma de todos y cada uno de los elementos que he mencionado, bien sea las pistas para la ironía, los contrastes de estilos, la alegoría, la falta de lógica y los juegos de palabras, será fundamental para llegar a determinar que en una obra existe ironía como estilo demarcativo en su construcción. Si se tomara sólo una de las herramientas señaladas para dilucidar si hay ironía o no, es posible que no se llegue con seguridad a reconocerla, ya que la ironía en sí, requiere del encuadre total de la enunciación para visualizar su poder connotativo. El hecho de aferrarse, por ejemplo, al contraste de estilo de un personaje solamente para afirmar que hay ironía en una obra, es ceñirse directamente a un enunciado y esto sería erróneo a la hora de querer demostrar cuál es el tratamiento que se le está dando a la obra estudiada.

12 comentarios:

Mar dijo...

esto lo has hecho adrede?, ajajaja... esta todo desconfigurado!!, ajajajaja.

Estoy escuchandote, carajoooo... es flipante, es muy emocionante ponerte voz, que por cierto la tienes super bonita, ajaja, con perdón.

Me muero porque termine el programa y escuchar mis letras ahí...al alcance de tanta gente que ni siquiera me conoce. Te parecere una tonta...

Muchisimas gracias...Volveré.

un beso...Qettah

Mar dijo...

coincido con la escritora invitada... escribir es sanador, te ayuda a vaciarte de la ira, la melancolía...

Oye me ha encantado esta invitada, de las que mas escuché...tiene como mucha riqueza espiritual.

Diooos me muerooooo, escuchar el nombre de mi blog en alto...te juro que estoy al borde de las lágrimas...Joooo..GRACIAS, tengo los pelos de punta...

Mis letras con tu voz...oooh dios mio... me desmayo!!, ajajaja. Jamás me pasó nada igual. Yo solo escribo para mi...jamás pensé que nadie pudiera hacer caso de estos golpes de nostalgia que a veces me nacen.

Un beso desde mis tuétanos...Qettah

PD: nunca te lo agradeceré lo suficiente.

Historia de los Días dijo...

quizás la nada también es la espera de cada día por algo que no existe, sea godot o la felicidad

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Que fue esto no entendí nada, hasta torcí los ojos a ver que salía jaja.
Saludos

Jacqueline Sokolovic dijo...

J.L. Maldonado es un placer tenerte siempre de invitado en mi blog.

Te confieso que no soy la dejar comentarios oportunos en ningún blog. Lo hago a veces por aprecio y, sobre todo, por lealtad. Y tú te has convertido en alguien que merece ser leído; y, dejarle el cariño expresado en palabras.

Mil gracias por ser fiel a mi casa...por estar ahí en compañia como yo hago cuando vengo a tu casa a leer mientras escucho tan bella música de fondo.

Mil besos.

Lin dijo...

Excelente artículo, Capitán

Gizela dijo...

Creo sinceramente que un de estos días alguien le cambiará el nombre a este blog..Cátedra palabras y escombros
Un abrazo amigo
gizz

Hela Freyja dijo...

"...cruzando de un punto a otro la desesperanza del hombre"

Algunos lo pueden poner en palabras, en poemas, en canciones, en obras de teatro. Otros simplemente vivimos esa desesperanza.

Un saludo.

A.M. dijo...

Impresionante y trabajado post! He alucinado!!Sabes una cosa?, tu post me ha recordado mi época universitaria en la cual pertenecía al grupo de Teatro de la universidad, en la cual un año,realizamos una obra de Samuel Beckett "Fin de Partida". Al leer tan detenidamente la obra analizando cada frase fue donde realmente descubrí lo auténtico y bueno, que era este escritor.
Un abrazo muy grande amigo!

Azul... dijo...

JL, JL, no te cuelgo de los pulgares en la guaya más alta del puente sobre el lago de Maracaibo, porque te quiero mucho, pero vaya trabajito para leer el post, eh? (síííí, lo vale, ya lo se, pero es pa'matarte jaja)

A dónde carrizo me tengo que meter para escucharteee?????

Besototes!

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

No entiendo la dinámica de este post, es una lástima.
Saludos

Gizela dijo...

Hola JM
He pasado varias veces , buscando el segundo capitulo
Espero que este silencio se deba a mucho trabajo, pero que tú estés bien
Un abrazo desde Caracas