Habito en tu largo edificio de piernas
en este inquilinato de perfecto depilado
que invita a no salir nunca de él
no hay ascensor
no hay escalones
pero subo y bajo cada piso
con fruición de seda
dando los pasos necesarios con cada labio
para llegar a tu azotea de “dios mío”
y verlo todo con claridad desde la altura
de tu entrega
tus ventanas de vientre plano
comienzan a empañarse
y basta con una caricia
para recobrar la nitidez de los gemidos
asomándose a través de ellas
soy conserje en tu deseo
y mi deber es limpiarte toda
recoger cada desecho de carne
que guardaste para mí
dejarte inmaculada
perfumada
seca
en este inquilinato de perfecto depilado
que invita a no salir nunca de él
no hay ascensor
no hay escalones
pero subo y bajo cada piso
con fruición de seda
dando los pasos necesarios con cada labio
para llegar a tu azotea de “dios mío”
y verlo todo con claridad desde la altura
de tu entrega
tus ventanas de vientre plano
comienzan a empañarse
y basta con una caricia
para recobrar la nitidez de los gemidos
asomándose a través de ellas
soy conserje en tu deseo
y mi deber es limpiarte toda
recoger cada desecho de carne
que guardaste para mí
dejarte inmaculada
perfumada
seca
5 comentarios:
Excelente uso de las imágenes, del efecto sensorial de las palabras. Magnífica obra.
muy original la propuesta del corpus. como siempre, la veta erótica excelentemente bien tocada. me gusta.
Tu sonido trae un eros sutil a las vívidas imágenes que sugieres...
Por ahí había un concurso de literatura y depilación (aunque parezca "descabellado", es cierto). Podrías mandarlo.
bueno, muy bueno
"tus ventanas de vientre plano
comienzan a empañarse", me gustó mucho esa imagen. También la forma púbica -intencional o no- de la última estrofa.
Encantada con este poema rojo.
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