18 feb 2010

El fantasma a mitad de lectura


No pude aguantar la tentación de escribir estas breves líneas sobre el libro que ven en la gráfica. Aclaro que apenas pasé la mitad del mismo y estoy más que enganchado con la prosa y el fino humor del maestro Eduardo Liendo. Para mí ya es costumbre hacer una mínima y escueta reseña de lo que he leído. En algunos casos me quedan regulares y en otras ocasiones muy malas, yo lo reconozco. Empero, y como no he terminado la lectura y lo que he leído me ha gustado, tomo de allí una pequeño párrafo textual en donde el personaje principal, Felisberto, le comenta lo siguiente al fantasma de Lenin. Claro, también es cierto que la cita se corresponde, se parece tanto a lo que hoy día vivimos en Venezuela, que no tuve otra que compartirla a través de estos escombros. A parte de lo que estamos viviendo en la actualidad sociopolítica de nuestro país, de esa cosa rara que llaman ‘socialismo del siglo XXI’ que nadie sabe con qué se come, al pobre Felisberto se le aparece el fantasma de Lenin. El colmo de la mala suerte. Después de la cita verán un listado de libros que el protagonista (¿o Liendo?) le recomienda leer al temible fantasma. Un listado que además me hace caer en cuenta sobre mi propia ignorancia y sobre la cantidad de libros que no he leído aún. Apenas he leído cinco para mayor INRI.


Dice Lenin en alguna parte: “la idolatría, la enajenación intelectual no es marxista, más bien me parece que linda con la estupidez…” Luego Felisberto añade: “Los soñadores temerarios como usted, señor Lenin, suelen ser de una alta peligrosidad. Toda su dialéctica oscila entre el cielo y el infierno; no aprecian el limbo que es, en cierto modo, lo más humano”.


La sociedad abierta y enemigos, Karl Popper
La tentación totalitaria, François Ravel
El malestar de la cultura, Sigmund Freud
Hojas de hierba, Walt Whitman
1984, George Orwell
El ogro filantrópico, Octavio Paz
Réquiem, Anna Ajmátova
Los heraldos negros, César Vallejo
El medio es el mensaje, Herbert McLuhan
Mi vida, Leon Trotsky
Yo el supremo, Augusto Roa Bastos
El proceso, Franz Kafka
El deshielo, Ilia Enrenburg
Reportaje al pie del patíbulo, Julios Fucik
El hombre rebelde, Albert Camus
Luz de agosto, William Faulkner
Confieso que he vivido, Pablo Neruda
El tambor de hojalata, Günter Grass
El segundo sexo, Simone de Beauvoir
Democracia y totalitarismo, Aron Raymond
Desde el jardín, Jerzy Kosinski
La edad de hierro, J.M. Coetzee
Pedro Páramo, Juan Rulfo
El corazón es un cazador solitario, Carson McCullers
Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar
La guerra del fin del mundo, Maria Vargas Llosa
Los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt
El maestro y Margarita, Mijail Bulgákov
El gatopardo, Giuseppe Tomasi de Lampedusa
La conjura de los necios, John Kennedy Toole
La broma, Milan Kundera
El gran Burundún Burundá ha muerto, Jorge Zalamea
En el camino, Jack Kerouac
El doctor Jivago, Boris Pasternak
¡Tierra, tierra!, Sándor Márai
Checoslovaquia: el socialismo como problema, Teodoro Petkoff
Mi padre el inmigrante, Vicente Gerbasi
Austerlitz, W. G. Sebald
La nueva clase, Milovan Djilas
Si esto es un hombre, Primo Levi
La fiesta del chivo, Maria Vargas Llosa
Archipiélago Gulag, Alexander Solzhenitsyn
Antes que anochezca, Reinaldo Arenas
Rebelión en la granja, George Orwell
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez


Luego Lenin como buen lector aceleró el paso y se leyó algunos de una sentada, interesante los comentarios que hizo sobre unos cuantos. Descubra usted qué dijo, ya que a mí me toca llegar al desenlace, ya les contaré.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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saludos.