No estuve ni estoy preparado para este libro. Creo que es la mejor manera de decir que no me enganchó, que me esperaba otra cosa, sobre todo cuando la persona que me lo recomendó, a quien respeto y considero con buen criterio, me habló maravillas de él. Por ello mi insistencia en confesar mi falta de preparación para enfrentarme a El libro de los cinco anillos de Miyamoto Misashi. Sin embargo, también debo decir que el libro se lee con comodidad, tanto por sus dimensiones como por la diafanidad en la palabra utilizada por su traductor Thomas Cleary. No abandoné la lectura porque siempre estaba a la expectativa de que algún vuelco rotundo en la lectura llegaría, de que algo me desconcertaría y me haría pensar en que estas o tales líneas compensarían el ejercicio lector. En mi terrible ignorancia esas líneas no llegaron. Insisto: no estaba preparado para este libro.
Ahora bien, no por lo dicho anteriormente dejo de reconocer que, considerando la época en que el imbatible samurai escribió el texto, existe en él un inmenso halo de sabiduría beligerante la cual sintetizó en sus palabras con mucho tino, certeza y convicción. Sería interesante pensar o imaginar cuán útil en la guerra fueron sus palabras haciendo eco en sus discípulos (y) guerreros. Les transcribo lo que dice la contraportada del libro, sin duda con palabras atractivas que incitan a la lectura.
Miyamoto Musáis fue el ronin –samurai libre- más famoso de toda la historia de Japón y su libro, fechado en 1643, es uno de los textos más importantes sobre lucha y estrategia nunca escritos, además de ser la obra clásica del bushido- literalmente La vía de los nobles armados.
Son valores del honor y la conducta impecable que conviven con el bushido, los que justifican que el Libro de los cinco anillos, aunque escrito para hombres de armas, sea demás una expresión magistral de todos los factores éticos y psicológicos que rodean cualquier proceso de lucha y competencia.
Perseverancia, intuición, comprensión de uno mismo y del entorno, serenidad incluso en medio del caos, acción rápida pero no precipitada, saber esperar, son algunas de las enseñanzas que despiertan hoy una fundada atracción en el mundo de los negocios y la gestión y son, pues, elementos claves para explicar el interés que el liderazgo japonés tiene en el ámbito empresarial de Occidente.
1 comentario:
pequeño saltamontes, una pista para seguir al ronin...no es esta la mejor definición de escritura poética que conoces ? "...Perseverancia, intuición, comprensión de uno mismo y del entorno, serenidad incluso en medio del caos, acción rápida pero no precipitada, saber esperar"...
no es que no estés preparado, es que no estabas mirando al sitio correcto...un besote pequeño saltamones.
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