Al árbol debemos solícito amor…así decía una canción que cantábamos en el colegio. No sé si las nuevas generaciones de chavales la cantan. Ya ni recuerdo el autor. En todo caso… Las imágenes parecen de aquella escena de El señor de los anillos en donde feroces y oscuras criaturas desmembraban los árboles de raíz. Todo en exceso es malo, dicen por ahí. El agua no escapa a este viejo adagio, que con furia, produjo derrumbes y deslizamientos en muchos estados de Venezuela incluyendo la capital y lamentablemente causó unas cuantas muertes. Ya sé, ya sé… me estoy saliendo de la línea de trabajo de este mi humilde blog, pero no puedo evitar de manifestar la indignación que sentimos muchos venezolanos cuando vimos que con el mayor caradurismo y en mitad de una emergencia casi nacional, al presidente de la República le dio por encadenar a todos los medios de comunicación. ¿Cuál era la idea de semejante disparate? Agasajar a su amigote y homólogo de Vietnam, que como títere, dijo en su idioma “Patria, socialismo o muerte”. Cada vez somos unos hobbits en una tierra en donde el mal y la indolencia parecieran asentarse cada día. Fin de la perorata.
21 nov 2008
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2 comentarios:
Lamentable, de verdad, bróder... este despelote al que nos vemos sometidos gracias a la ineficiencia... muy lamentable...
Por aquí seguimos, aunque no te escriba mucho.
Recibe un gran abrazo.
La naturaleza pasa facturas, luego nos quejamos. La ley de causa y efecto siempre se cumple. Los árboles nos dicen tanto!! sólo hay que estar atentos un abrazo
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