En este año pronto a finalizar he disfrutado muchas lecturas y me he reído gustosamente –a veces a carcajadas- con dos libros, uno de ellos ha sido este: Con los codos en la mesa. Leyendo este libro he descubierto, no para mi asombro, sino más bien para mi propia satisfacción, que soy un completo ignorante en el tema gastronómico y en el especial si de vinos se trata. Con fimo humor e ironía de la buena, Alberto Soria nos adentra con gracia en un tema que visto de otra manera pudiera resultar aburrido. El tema de las buenas costumbres en la mesa, los modales y el buen gusto, son el plato fuerte de este libro; qué comer, cuándo y hasta cómo, también forma parte de él. Todo esto tratado con la delicadeza de un experto que nos lleva a reflexionar sobre la urbanidad, sobre la necesidad de recuperar tradiciones culinarias perdidas en el tiempo; sobre la pulcritud, ah!, la pulcritud de los restaurantes bañados en mármoles importados; la terminología a veces arrogante y respingada que hacen de un simple tequeño, un “dedito crujiente relleno de queso”, muy propio de la era “fusionista”.
Con los codos en la mesa no deja de lado, además, algunas remembranzas literarias reflejadas en epígrafes o pequeñas notas al pié de página, que enmarcan con fino tacto, algunos de sus pasajes los cuales van desde Baudelaire hasta Eugenio Montejo; de Sor Juana Inés de La Cruz a Umberto Eco; de Antonio Skármeta a Mario Puzzo, todos enmarcados en la referencia gastronómica, culinaria, y por supuesto, del buen gusto. Desde la primera hasta la última página usted se querrá comer el libro –con los ojos.
1 comentario:
No lo conocía. Lo incorporaré. Gracias.
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